agosto de 1850, llegando a ser junto con sus colegas Requena y Pedralbes, los abogados más antiguos de nuestro foro.
Designado para ocupar el cargo de Juez de Comercio en 1852, fué promovido en 1854 a Juez Letrado de Hacienda y el mismo año electo diputado por Montevideo.
Creados los juzgados de lo Civil, Intestados y Hacienda por ley de 7 de julio de 1857, el Tribunal le confió el juzgado de la 2ª sección, el 13 del propio mes.
Miembro del Superior Tribunal de Justicia por nombramiento directo del general Flores en su carácter de dictador, después del triunfo de la revolución de 1865, la Asamblea lo votó para el mismo puesto al reconstituirse los poderes públicos, el 6 de marzo de 1888.
En el desempeño del alto cargo hubo un momento, en la dictadura de Latorre, que la ruptura del Tribunal con el prepotente coronel pareció inevitable, y hasta los camaristas tenían resuelto presentar su renuncia en acuerdo de 18 de marzo de 1876. Logróse no obstante hallar una especie de “modus vivendi”, para seguir dentro de una norma de legalidad ficticia, por la cual con sólo guardar las fórmulas exteriores el dictador pudo hacer su voluntad omnímoda.
Dimitente el 19 de febrero de 1879, el día en que el país entraba de nuevo al régimen constitucional, al asumir la Presidencia de la República el coronel Lorenzo Latorre, la Asamblea no le dió sus votos para “miembro del tribunal reconstituído, Electo diputado por Montevideo en la 14ª legislatura, desempeñaba la presidencia de la cámara cuando, vacantes los tribunales a consecuencia de un conflicto surgido entre los Poderes Ejecutivo y Judicial, obtuvo los sufragios legislativos para reanudar funciones de camarista en la votación del 7 de octubre de 1882.
Cinco años llevaba en su cargo cuando una sonada cuestión originada en el propio seno del Poder Judicial, lo llevó a presentar renuncia conjuntamente con su colega el Dr, Alberto Nin, renuncia que les fué aceptada.
Juez recto y honorable, conciliador dentro del límite que los hombres de consejo suelen señalarse a sí mismos, cuando se presentó la ocasión de tomar otras actitudes, fué el Dr, Rücker quien planteó el conflicto con Latorre, quien sostuvo los fueros del Tribunal y quien impuso la renuncia colectiva, Es cierta que luego aceptó un temperamento transaccional, contemporizando con los hechos dentro de un posibilismo de circunstancias, que aconsejaba salvar lo más posible en aquellos momentos de espantoso naufragio institucional, pero asimismo, sus actitudes aventajaron a las de muchos de sus colegas de los días oscuros. La negativa de las cámaras latorristas del 79 a volverlo al Tribunal es una buena prueba.
Falleció en Montevideo el 25 de abril de 1901.
