avino a darle primacía sobre el coronel Teófilo Córdoba, Jefe Político del Salto, cargo siempre anhelado por Viera y que al fin fué causa de su distanciamiento con el general Presidente. Este se puso de manifiesto cuando Viera en un viaje a Montevideo y ejerciendo el cargo de Inspector de Policía de Salto, desembarcó en Buenos Aires sin licencia, por cuyo motivo la superioridad lo emplazó y lo dió de baja el 10 de febrero de 1886. Entonces se retiró al distrito de Azul en la Provincia de Buenos Aires, para trabajar en una estancia, donde había llevado su familia, y recién en la presidencia de Tajes regresó al país, viviendo en el Salto.
En días de la revolución nacionalista de 1897 tuvo mando en las fuerzas gubernistas, sin que se le presentara ocasión de distinguirse particularmente y en los confusos sucesos políticos subsiguientes a la muerte del presidente Idiarte Borda, Juan L. Cuestas, explotando su vieja rivalidad con el coronel Córdoba, que se negaba a acompañarlo en su aventura dictatorial, hizo del coronel Viera el caudillo oficialista del departamento del Salto.
Designado para Jefe Político, su nombramiento ocasionó la renuncia del Dr. Juan C. Blanco de la presidencia del Consejo de Estado, por cuanto significaba un premio acordado a un ejecutor del fraude electoral.
En marzo de 1899 se vió nombrado jefe interino de la Comandancia General de Fronteras al norte del Rio Negro, y tuvo a su cargo otra vez, en el mismo carácter, la Jefatura Política salteña por decreto de 6 de febrero de 1903. El 18 de marzo del propio año se le confirmó en el puesto de la Comandancia General.
En la guerra civil de 1904 participó en forma activa a servicio del gobierno de Batlle y Ordóñez y tuvo la fortuna de batir al jefe enemigo Abelardo Márquez en el combate de Guayabos, departamento de Paysandú, el 6 de junio. Márquez venía custodiando una considerable cantidad de fusiles y elementos bélicos, que concluían de pasarse de la Argentina y todo ese rico botín quedó en poder de los vencedores que lo condujeron al Salto. Tan importante captura dió al combate de Guayabos el valor de una notable victoria de la causa institucional. Terminada la guerra, Viera recibió las palmas de general de brigada el 26 de diciembre de 1905.
Militar de vieja escuela criolla, casi analfabeto, era en el estilo de entonces, jefe de orden que gozaba de estima en la campaña del departamento de Artigas y en el del Salto, en cuya ciudad capital tuvo siempre su residencia, y donde lo vino a sorprender la muerte el 16 de marzo de 1909.
VIERA, FELICIANO Alberto
Presidente de la República y primer Presidente del Consejo Nacional de Administración, rama colegiada del Poder Ejecutivo que ins-
