Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/1331

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rreligionarios reclamaran de su actitud ni le dieran sus votos en departamento alguno.

Entonces, en el retiro de su casa, emprendió la redacción de unas “Memorias”, en las cuales — a juzgar por la parte que se conoce — su preocupación obsesionante fué anticiparse al juicio de la posteridad, tratando — “con la mano sobre su conciencia” — de explicar su pasado y hallar justificación a sus actitudes, para dejar a salvo su fe democrática, su equidad y sus sentimientos de justicia.

“Por servir a la patria o en el vehemente deseo de serle útil me arrojé — dice — a la defensa de un principio, sin omitir sacrificio de ningún género, en el período de trece años, que se llevaron en pos de sí todas las ilusiones de mi vida”.

“Extraña cosa es cómo se encadenan los sucesos en las largas y complicadas luchas de partido, y cómo de manera gradual e imperceptible, el hombre que se dedica al servicio de una buena causa, se encuentra marchando por un terreno falso, sin haberse podido desligar de sus compromisos con los hombres que representaban el principio en cuyo sostén se afilió”.

“Presta materia a serias reflexiones la manera con que se enlazan los sucesos que arrastran al hombre de conciencia, precipitándole por esa pendiente resbaladiza hasta el impuro piélago en que su fe se añeja, sin que encuentre justificación posible, cuando al término de su derrumbe se despierta en la vida real y vé los inmensos males a que ha contribuído incauto”.

Una auto-defensa así empeñada de motu-propio, parece significar, conforme a la regla clásica, tanto como una confesión de culpas.

Poco tiempo sobrevivió a la retirada, pues vino a fallecer en Montevideo cuando el olvido comenzaba a envolverlo, el de enero de 1853.


VILLAGRAN, JOSÉ R.

Militar de la independencia que alcanzó al grado de general, poseyendo una larga foja de servicios.

Empezó su carrera militar en las Milicias de Canelones en 1825, como teniente 1º, ascendiendo a capitán en setiembre del mismo año. Después del triunfo de Sarandi fué transferido al Regimiento de Dragones Libertadores, denominado más tarde 9° de caballería. Fué actor en la batalla de Ituzaingó y llegó a sargento mayor el 28 de agosto de 1828. Tenía este grado en el 1º de Caballería, cuando se le dió de baja pasando a la Plana Mayor Pasiva el 7 de enero de 1830.

Revolucionario lavallejista, fué borrado de la lista militar el 20 de agosto de 1832, incluido en una larga nómina de jefes y oficiales.

Sargento mayor de la Guardia Nacional de Canelones el 3 de agosto de 1835, sirvió al gobierno en la revolución “Constitucional”, en cu-

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