Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/1338

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bros, colaborando en sus profundas investigaciones, y trabó con el que luego sería el gran maestro Dieulafoy, una amistad prolongada por la vida.

Cuando la guerra franco prusiana de 1870-71 estaba en París, y en la revolución de la Comuna, sobreviniente, Visca participó algún momento en la lucha del lado de los “rojos” que peleaban en las barricadas. Su calidad de residente de larga data en la capital francesa, le permitió velar y tomar cuenta de los estudiantes uruguayos residentes en ella, conforme lo hicieron constar en Montevideo, públicamente, las agradecidas familias de los mozos, que hallaron en Visca “los comedimientos de un amigo Ilustrado, los cuidados de un padre, la paciencia de un maestro y el cariño de un hermano.” De vuelta a la patria, en el año 71, dió examen de reválida en octubre.

Catedrático de la Facultad y profesor de la Clínica Médica en el Hospital de Caridad por muchos años, transformó radicalmente los métodos de enseñanza y porción de anquilosadas disciplinas imperantes hasta entonces, concluyeron. Bajo su cuidado realizáronse importantes operaciones y tentáronse adelantos como las primeras transfusiones de sangre, etc.

Sus lecciones en la Sala Larrañaga significaron por largos años verdaderas conferencias, sugestivas y luminosas, que casi siempre se prolongaban en el corredor del hospital, pues Visca poseía un atractivo don de palabra.

Afamado facultativo, de un ojo clínico verdaderamente asombroso, sostuvo una larga prelación de prestigio entre todos los colegas, y llegó hasta el extranjero su sólida reputación científica.

Tuvo importantes funciones en los institutos oficiales y corporaciones doctas, como miembro del Consejo Nacional de Higiene, nombrado en 1882, de la Comisión Nacional de Caridad en varios períodos y no se sustrajo asimismo a una poco lucida figuración en las cuestiones políticas, actuando como otros hombres de filiación blanca entre los adictos al gobierno dictatorial del coronel Latorre. Electo diputado por Florida para la 13ª legislatura en 1879, su mandato quedó trunco, pues ingresó al Senado por el mismo departamento en 1881, tocándole dar su voto al general Santos para Presidente de la República en 1882.

En las postrimerías de la época santista pretendió adoptar actitudes indefinidas o evasivas, pero la mayoría oficialista lo llamó al orden, y Visca, que no era hombre para luchas de esta clase, declinó de su postura sin mucha violencia.

Retirado de las actividades docentes, no quiso aceptar por razones bellamente expresadas, el homenaje nacional que los colegas de toda la República proyectaban tributarle, y dejó de existir en las primeras horas del 20 de mayo de 1912, literalmente fulminado por un ataque cerebral, recién concluída la tertulia de los amigos habituales.

Venturosa partida en circunstan-

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