Blanco-Nacionalista, yendo a ponerse a órdenes de Saravia y a sus órdenes peleó pocos días más tarde — el 19 — en la batalla de Arbolito. Por tal motivo fué dado de baja del ejército el 16 de julio, por resolución de la justicia militar. El 27 de noviembre del mismo año, ajustada la paz de setiembre, figuró nuevamente en los cuadros.
En el gobierno de Cuestas se le designó Jefe Político de Cerro Largo el 15 de junio de 1901, entrando a sustituir a Basilio Muñoz. La política dualista, que era la de la época, pasaba por un momento difícil. El comandante Yarza, por sus antecedentes militares, la integridad que sus propios adversarios le reconocían, su natural reposado y sensato, y por la confianza que gozaba dėl caudillo Saravia, era hombre capaz de suavizar asperezas y acallar voces adversas.
Participe del alzamiento de marzo de 1903, perdió su puesto de Jefe Político por esta causa.
Cuando el poderoso estallido revolucionario de 1904, Saravia le confió el mando de la División Cerro Largo, y al mando de ella, no obstante su avanzada edad, hizo toda la campaña hasta el 1º de setiembre, fecha en que tuvo lugar la batalla de Masoller, jornada adversa para los suyos, donde cayó mortalmente herido su jefe Aparicio Saravia, y Yarza mismo, tocado por una bala en la cabeza, vino a perder la vida al día siguiente, 2 de setiembre.
YEREGUI, INOCENCIO MARÍA
Segundo obispo de Montevideo. Había visto luz el 28 de julio de 1833, hijo de Juan Fermín Yeregui, de Tolosa y de Luisa Goichea, porteña. Su carrera la hizo bajo especial patrocinio del Vicario Jacinto Vera que lo distinguió prestamente y le fueron impuestas las órdenes en Buenos Aires, por el obispo Escalada, a fines de 1858.
Nombrado como sustituto de Brid, cuando fué separado del curato rectoral de la Matriz, éste se negó a entregarle el cargo asi como las llaves de la iglesia, por lo cual la Matriz permaneció cerrada y en interdicto.
En 1867, cuando Monseñor Vera, hecho Obispo de Montevideo, emprendió viaje a Europa a fin de asistir al último Congreso Ecuménico del Vaticano donde votaría el dogma de la infalibilidad, Yeregui fué uno de los acompañantes, junto con los presbíteros Letamendi y Cabrera.
Ejerció su ministerio con mucha dedicación, sumando a sus tareas ordinarias las de redactor de “El Mensajero del Pueblo”, revista católica, publicada de 1870 a 1875.
Tenía funciones de Vicario General durante la dictadura de Latorre, y se le diputó con carácter de agente confidencial ante la Santa Sede, para obtener la elevación del vicariato de Montevideo a categoría de Diócesis, logrando éxito satisfactorio en sus gestiones.
