ral aprecio, siendo exactas las palabras de quien dijo ante su tumba: “No dejó un odio... Pongo por testigo a todo el departamento.”
CARDEILLAC, JUAN PEDRO
Oficial de ingenieros agrimensor y arquitecto, sargento mayor del Ejército.
Francés, era nacido en Trebons, Altos Pirineos, el año 1809 y antes de venir al Río de la Plata tenia carrera de armas en su país.
Aparece por primera vez prestando servicios militares en la República el 7 de enero de 1843, en días en que se organizaba, con gran premura y en condiciones absolutamente precarias, en todo sentido, la defensa de la plaza de Montevideo, sobre la cual cerrábanse las fuerzas invasoras del Ejército Unido de Vanguardia de la Confederación Argentina al mando del general Manuel Oribe.
Tuvo Cardeillac a su inmediato cargo, en calidad de ingeniero militar, la ejecución de los trabajos en varios sectores en las líneas de fortificación, tales como las baterías “Cagancha” e “Independencia”, e intervino asimismo en la construcción de las defensas de la Isla de Ratas y de la Fortaleza del Cerro.
El coronel Thiebaut lo incorporó después a la Legión Francesa, defiriendo a la propia solicitud de su compatriota, y fué Cardeillac el encargado de poner en condiciones de servicio el local que se destinaba a hospital de los legionarios.
Con fecha 15 de noviembre de 1846, el general Manuel Correa, jefe de Estado Mayor del Ejército de la Capital, le encomendó el levanta» miento de un plano de las fortificaciones de la plaza, tarea en que necesitó emplear tres años hasta el día en que pudo darlo por concluido.
Exacto y delicado trabajo en todo sentido, abarcaba el plano los perímetros de la vieja y de la nueva ciudad.
Hallándose entregado a sus tareas de topógrafo, ascendió a capitán el 23 de enero de 1847 y después, a mérito de su notable obra cartográfica, el gobierno concedióle el título de agrimensor por resolución de 11 de octubre de 1849. El plano, cuya publicación dispuso la superioridad, fué pasado a la piedra en las oficinas litográficas de Mege y Lebas.
Hace algunos años, el Instituto Geográfico Militar, que entonces dirigía el coronel ingeniero Silvestre Mato, hizo una reproducción del mapa de Cardeillac, trabajada con gran fidelidad por el dibujante Manuel Barru del personal de la misma oficina.
Cardeillac, a quien su trabajo topográfico había demandado gastos personales y asimismo la utilización de su equipo profesional de geodesta, solicitó del gobierno una compensación equitativa cuando la República, finalizada la Guerra Grande, recuperó su marcha normal,