Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/38

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sorio, de 11 de mayo, Aguilar fué promovido a brigadier general, pero puede decirse que apenas sobrevivió al ascenso. El 19 de julio de 1865, el destemido Fausto dejaba de existir en la ciudad de Paysandú.

Viejo enfermo del pecho, verosímilmente la herida de Las Piedras o sus consecuencias más o menos próximas aceleraron un proceso fatal.

Sus restos, llegados a Montevideo el 31 de julio de 1866, recibieron sepultura en el Cementerio Central con grandes honores militares, al mismo tiempo que los del bravo León de Palleja, muerto en la campaña del Paraguay.


AGUILAR, FRANCISCO

Hombre de negocios cuyas iniciativas y actividades progresistas lo consagran como uno de los mas destacados pioners del adelanto de la Nación en la primera mitad del siglo pasado.

Nativo de Tenerife en las Islas Canarias, donde había visto luz en el año 1776, embarcóse para Sud América rumbo al Río de la Plata en 1809, no como un emigrante más, sino con el plan definido de ensayar la colonización de tierras en la actual República Argentina, a cuyo fin traía consigo un grupo de connacionales agricultores.

La circunstancia de haberse educado en Inglaterra, donde asimiló mucho de bueno y comprobó los milagros que hacen la voluntad y el trabajo inteligente, explican por sí solos el esplendido rol de Aguilar entre nosotros.

La revolución de mayo vino a trastornar sus propósitos y después de un viaje de inspección por el sur uruguayo, decidió abandonar Buenos Aires para sentar reales en la Villa de Maldonado, donde llegó en enero de 1812, estableciéndose inmediatamente con una casa de comercio al frente de la cual inició su fortuna.

Su calidad de español lo perjudicó en los días de la lucha por emancipar la patria, a pesar de que era hijo de una isla que España gobernaba como una colonia oscura y explotada; pero supo observar la conducta medida que correspondía y cuando estos países se perdieron para la metrópoli de modo definitivo el ano 14, pudo convivir ampliamente la vida de los criollos en toda su extensión y en todas las esferas, llegando a ser en la época de la Vieja Patria artiguista, Ministro interino de Hacienda de Maldonado.

Sujeta la provincia al yugo luso-brasileño, aceptó al extranjero mientras no hubo otro remedio y fué cabildante de Montevideo en 1823. Pero fiel a la causa de la libertad, ayudó a Lavalleja con una buena suma de dinero cuando se trataba de financiar la empresa redentora que el denodado capitán artiguista principió con su desembarco del 19 de abril de 1825.

Vencedora la patria y reconocido