1834, y que se le impusieron los nombres de José Eugenio. La invención de dudoso gusto propalada por la oposición candombera del 75, — y que prosperó un tanto — de que su segundo nombre fuera Eduviges, no tiene como se ve fundamento alguno.
Bachiller en 1856 cuando era oficial 2° del Ministerio de Gobierno, fué elevado a la categoría de 1° el 31 de marzo del mismo año.
Doctor en jurisprudencia en la Capilla de los Ejercicios el 19 de julio de 1857, en el mismo acto que José Pedro Ramírez y Mariano Ferreira y en los terribles días de febrero del 58, sospechoso al gobierno por su filiación colorada, quedó separado del puesto con fecha 23 de dicho mes.
Al inaugurar su período presidencial el general Lorenzo Batlle el 1° de marzo de 1868, le confió la cartera de Relaciones Exteriores, manteniendo ese destino hasta el 3 de julio, en que hizo renuncia por un detalle de protocolo.
En la propia administración se volvieron a requerir los servicios del Dr. Ellauri, para confiarle el 12 de setiembre de 1870, una delicada misión diplomática en la República Argentina, que desempeñó cumplidamente.
Senador por Montevideo en 1873, fué votado presidente de ese alto cuerpo y en tal calidad interinó el Poder Ejecutivo desde el 15 de febrero al 1° de marzo, fecha en que la Asamblea General lo eligió Presidente de la República para el cuadrienio 1873-77. Su candidatura, patrocinada por un grupo minoritario de la fracción colorada principista, hallábase ya fuera de competencia y asegurado el triunfo del candidato mayoritario Dr. José Mª Muñoz, a quien los “ellauristas” habían reunido sus votos, cuando la oposición neta colorada y blanca ofreció los suyos a Ellauri, a fin de impedir con esta maniobra de última hora la victoria de Muñoz que se descontaba como cierta,
Por esta combinación inesperada el Dr. José E. Ellauri se vió elevado a la presidencia, por obra del despecho de sus enconados enemigos políticos. No se le ocultó al Presidente lo que significaba una maniobra que, al restarle la simpatía de sus amigos no le ganaba en cambio el apoyo de sus contrarios y en tal orden de ideas elevó inmediata renuncia da la Asamblea. Esta no aceptó la dimisión, peor Ellauri insistió por segunda vez, llegándose así al 3 de marzo, fecha en que los jefes de la guarnición, obedeciendo a sugestiones del comandante Lorenzo Latorre que mandaba el 1° de cazadores y era decidido partidario de Ellauri, representaron ante las cámaras en el sentido de que éste debía ser el Presidente de la República. Ante el peligro — un tanto esbozado pero real en el fondo — del ejército deliberante, la Asamblea rechazó por segunda vez la renuncia y el elegido desde luego no insistió.
Legalista extremoso el Dr. Ellauri, el escrúpulo legal lo tornaba indeciso,
