Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/516

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putado por Soriano, ingresó a la Asamblea General Constituyente y Legislativa del nuevo Estado, cuyas sesiones principiaban en San José el 24 del mismo mes y año. Intervino en los debates con palabra fácil, pero en ocasiones tan abundante en su oratoria que — así lo testimonia su colega Gabriel Pereira en carta a Francisco Solano Antuña — concluía por impacientar a la Sala.

De su actuación en el seno de la Constituyente, merecen especial recuerdo el haber sugerido, en la sesión del 28 de noviembre de 1828, que la nueva República se denominase Estado Oriental del Uruguay, y pertenecerle la ponencia hecha del primer proyecto de ejecutivo colegiado, el cual integrarían dos o más personas nativas del país, proyecto que defendió calurosamente por término de hora y medía, Entendía el presbítero que era preciso organizar el gobierno de modo que pudieran conciliarse las diferentes opiniones y el choque de los partidos que ya se sentían en el país y que, si se traía un jefe de gobierno extranjero, poco podría adelantarse.

En funciones de asambleísta empeñadas hasta disolverse aquel cuerpo el 20 de octubre de 1829, mereció el honor de pronunciar la oración fúnebre en los servicios oficiales por los caídos por la patria, celebrados en la Matriz de Montevideo.

En 1832, por un corto período, fué Director de escuelas públicas.

Afiliado primeramente a la fracción política que respondía al general Lavalleja, al plantearse la disidencia entre los generales Oribe y Rivera, tomó partido por el primero, con la vehemencia que acostumbraba a poner en todos sus actos.

Párroco del pueblo de Las Piedras, ejerció asimismo funciones pedagógicas, y Capellán del Peñarol, pudo dar allí expansión a sus aficiones docentes como maestro de primeras letras de los muchachos del contorno. Cuando el discípulo era de excepción, Gadea, perfecta riente habilitado, entraba en funciones de profesor de latino, así en el caso del que más tarde sería Obispo Jacinto Vera, a quien enseñó casi un año aquella lengua.

Capellán del Cementerio Central por decreto del 8 de mayo de 1861, al solucionarse el interdicto originado con motivo del entierro del masón Dr. Jacobsen, ingresó como diputado a la 9ª legislatura.

Presentó en 1882 un proyecto — que le dictaba su experiencia — espensando con cien pesos mensuales a los curas párrocos de la República, para poderles exigir una contracción que no observaban todos precisamente.

En cambio de esa paga fija, los derechos y proventos parroquiales se- rían aplicados a los templos y necesidades del culto de la iglesia católica,

Anciano ya y avecindado en la villa de la Unión, la actividad que había sido su característica no lo abandonó y repartía sus horas en-

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