tre las funciones de capellán en el Cementerio del Buceo y la dirección de una escuela particular, quedándole tiempo para, en ocasiones, hacer oficios de procurador en el Juzgado de Paz de la Villa, según lo comprueban papeles existentes en el archivo de esa oficina.
Falleció en la villa de la Unión el 5 de julio del año 1875, y sus restos recibieron sepultura definitiva en el Cementerio Central de Montevideo.
GADEA, MIGUEL Bonifacio
Funcionario y militar con servicios en la época de la independencia, nacido en el pueblo de Santo Domingo Soriano el 14 de mayo de 1777, hijo de Juan Antonio Gadea y María Florencia Salado. Era primo hermano del presbítero Lázaro y de Santiago, uno de los Treinta y Tres.
Después de prestar servicios como soldado en las filas de Artigas, llegando a ser en 1817 comandante militar de Soriano, aceptó la dominación luso-brasileña y siendo Alcalde de 1.er Voto de su “muy noble, valerosa y leal” villa natal, Gadea figura encabezando el acta de fidelidad a Pedro I y a la constitución del Imperio.
Cuando a raíz de la cruzada de Lavalleja en abril de 1823, la guerra por la liberación del territorio encendióse nuevamente, retomó las armas, incorporándose en seguida a las huestes en que figuraba su pariente Santiago.
Emancipado el país, vino en 1830 a residir en Santo Domingo y tuvo la designación de Juez de Paz del departamento de Soriano y miembro de la Junta Inspectora de Escuelas. El general Manuel Oribe, en seguida de electo Presidente, procedió al cambio de las autoridades ejecutivas de la jurisdicción, confiando entonces a Gadea la Jefatura Política del Departamento.
Defensor de las autoridades constituidas en la guerra civil de 1836-39, se vió en la precisión de emigrar en agosto de 1838 ante el avance a revolución riverista, pero mismo así, avecindado en Entre Ríos continuó fiel e la causa de Oribe.
En aquella época, en las luchas de las parcialidades mancomunadas, argentinas y uruguayas, Gadea era considerado en la emigración por las autoridades federales como funcionario del Uruguay “prestando a la justa causa del gobierno legal y constituido de la República, todo género de servicios y cooperación, sin dispensar aún sacrificios que demandaban erogaciones, todo con el laudable propósito ya citado”, según certificación del mayor Eduardo Villagra, Comandante del Departamento de Gualeguaychú.
Retornó a la República después de la invasión del Ejército Unido que comandaba en Jefe el ex-presidente Oribe en 1843 y tomó servicio con los suyos, para fallecer al poco tiempo.
