Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/585

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida

balterno. Candidato a senador para las cámaras del 73, en la elección presidencial del 1° de marzo tuvo el voto del Dr. José Pedro Ramírez.

Prolongó por esta actitud prescindente sus días de expatriación, contraído en Buenos Aires a su estudio jurídico y a sus aficiones literarias, excursionando con frecuencia en temas políticos rioplatenses que lo obligaron a mantener diversas interesantes polémicas doctrinarias o históricas. En 1879 tomó militancia activa en la actualidad argentina, redactor por casi un año de “El Nacional” en cuyas columnas — según Rodó — “se tienden las melancolías de creciente nostalgia”.

En ningún momento, por lo demás, el ilustre compatriota dejó de ser periodista “con una pluma que habría envidiado Armand Carrel en sus mejores días”, formidable adversario siempre, capaz de enfrentar al contendor pistola en mano y corazón magnánimo, como en el famoso duelo de diciembre de 1856 con Nicolás A. Calvo; pero siempre también con esa ausencia de realidad desconcertante que configuró su error fundamental de hombre de Estado.

Los fenómenos sociales en el terreno que la vida los planteaba, nuestros problemas, concretando más, enfrentados para buscarles y hallarles solución, permanecieron ajenos a su talento.

No renunció jamás a la quimera del “monopolio de lo divino” para adoptar como santo y seña el “aquí y ahora”, que Maquiavelo había aprendido en los historiadores realistas de Roma...

Deseaba la extinción a priori del caudillaje que lo alejó de la política y hasta idealizó la reconstrucción del virreinato con Montevideo por capital de una gran Federación Republicana del Sur, proyecto absurdo una tempestad de críticas, lo indispuso hasta con viejos y probados amigos y le valió el calificativo de enexionista, que sus no le mezquinaron. Marcando rumbos y trazando derroteros imposibles de seguir, luchó por ellos desafiando los embates de las bravías pasiones contemporáneas, acorazado en su patriotismo, en la sinceridad de sus convicciones, en el talento con que supo sostenerlas y en la noble altivez con que soportó, en un voluntario exilio semi secular, todas las contrariedades de la vida.

Poeta de reconocida fama en su época, reflejó el romanticismo quejumbroso de su tiempo. Pero la triste historia de amor que vivió siempre en su corazón — el idilio con Elisa Maturana — es la que aflora en sus versos muchas veces. (Véase este nombre).

El 25 de mayo de 1884 extinguióse en Buenos Alves la vida del Dr. Juan Carlos Gómez. Había envejecido sin sentirlo cuando lo victimó una dolencia no bien definida en sus comienzos, después de una larga agonía soportada sin angustias.

Murió como había vivido fuera de toda religión positiva — deísta por

— 585 —