ce, sin embargo, porque el gobierno de Villalba pactó con Flores y éste entró vencedor en Montevideo, el 21 de febrero de 1865.
Emigrado en Entre Ríos, el general Gómez falleció en Gualeguaychú poco más tarde, el 30 de mayo del mismo año, recibiendo sepultura en el cementerio de la parroquia, actualmente desaparecido. Sus restos fueron repatriados en 1882 y velados en su casa de la Unión.
Fué el general Servando Gómez un apuesto hombre, de elevada estatura corpulento, rubio, de barba cerrada y calva que cubría con una peluca.
GÓMEZ, TIBURCIO
Ultimo sobreviviente de los Treinta y Tres juramentados de la Agraciada, que dejó de existir en Montevideo el 14 de agosto de 1882, “entre la indiferencia del Gobierno y del pueblo”, según lo hizo notar por la prensa el Dr. Carlos María Ramírez.
Había nacido en San Fernando, provincia de Buenos Aires en el año 1805.
A poco de haber desembarcado en la Agraciada se le destinó al Regimiento de Dragones Libertadores, siendo actor en la batalla de Sarandí el 12 de octubre de 1825, y cuando el 19 de julio de 1826 formóse el regimiento N° 9 de caballería sobe la base de dos escuadrones del Regimiento de Dragones, Tiburcio Gómez continuó sus servicios en la nueva entidad a órdenes de Manuel Oribe, hasta caer prisionero de los imperiales durante el asedio a la plaza de Montevideo.
En este período se le creyó muerto y entonces, con arbitrariedad notoria, se sustituyó su nombre en la lista de los cruzados de la Agraciada por el de Basilio Araújo.
Puesto en libertad al ajustarse la paz de 1828, gestionó y obtuvo el premio acordado por la ley de 14 de de 1830 a los bizarros patriotas del 19 de abril, Pasó después a vivir a su país, siendo dado de baja en el ejército.
De regreso a la República en 1862, solicitó nuevos recaudos, que atestiguaran su calidad de integrante de los Treinta y Tres, por haber extraviado los expedidos más de treinta años atrás.
Sus compañeros, los tenientes Coroneles Atanasio Sierra y Ramón Ortiz, y los alféreces Carmelo Colmán y Juan Acosta dieron testimonio de su identidad y de sus servicios, atento a lo cual se le otorgó la cédula pedida con fecha 26 de setiembre del año 1862, en clase de sargento primero.
No existe imagen gráfica original del veterano servidor, Los amigos como el Dr. Luis Melián Lafinur, que miraron por los últimos años de su vejez pobre, en el rincón de la calle Yerbal donde vivía, no tuvieron la precaución de llamar a un fotógrafo para que le sacara el retrato.
