cuyo frente estaba escrito el nombre “Peñarol”, que le había puesto en recuerdo de sus días Uruguayos.
Una calle que corre de Villa Colón hasta Peñarol, precisamente, lleva hoy el nombre del viejo ingeniero amigo de esos pagos.
HUGHES, RICARDO Bannister
Hacendado y comerciante inglés, propulsor meritísimo del progreso de la República.
Nacido en Liverpool el 27 de marzo de 1810, sólo tenía 13 años cuando marchó para la isla de Santo Domingo, en las Antillas, como empleado de una casa de comercio. De allí trasladóse al Brasil, y en Río de Janeiro fué del personal de la firma Ricardo Carruthers, donde tuvo por compañero de tareas a Ireneo Evangelista de Souza, el más tarde famoso Barón y Vizconde de Mauá.
En 1829 vino a Montevideo y fué dependiente de la casa de León Ellauri, hasta que pudo establecerse por cuenta propia asociado con un hermano suyo.
De carácter emprendedor, lo retrata de cuerpo entero la expedición al Paraguay organizada en tiempo de la dictadura de Francia. Creyendo que lograría trasponer las fronteras paraguayas merced a un documento oficial que obtuvo de Lord Palmerston, en que el Ministro de S.M.B. solicitaba de Francia que lo admitiera en sus dominios y lo favoreciese con sus buenos oficios, equipó un bergantín y puso proa Paraná arriba, con un cargamento de mercaderías generales. Tuvo la suerte de que en el correr del lentísimo viaje remontando los ríos, el día que llegó al puerto de Neembucó — Villa Pilar — el primero que se halla en aguas del Paraguay, el tirano Francia había fallecido y los hombres del nuevo gobierno dispensaron muy buena acogida al extranjero, portador de tantas especies que desde años atrás ni se veían en el país. Regresó al sur con carga de productos paraguayos, redondeando un excelente negocio.
En el trayecto levantó una carta de navegación, y escribió un diario de viaje, que no se publicó, pero cuyo manuscrito existe.
Animado por el éxito de la expedición comercial se aprestaba a repetirla, pero Rosas le opuso inconvenientes insalvables.
Radicado en la República en forma definitiva, el campo, que lo llamaba con imperativa insistencia, absorbió las energías de este hombre emprendedor y activo, cuyo centro de acción rural estuvo en el sur del departamento de Paysandú, comprensivo entonces del actual departamento de Rio Negro.
Allí adquirió en 1850 la estancia La Paz, donde se levantaría el gran saladero Leibig's, y luego, en sociedad con Joaquín Errasquin, Jorge Hodgchin y Santiago Lowry, se echaron los fundamentos de la actual ciudad de Fray Bentos, confor-
