yo, ido primero el buen amigo, quien tomase a su cargo la tarea.
Mi primitivo plan fué más vasto, en cuanto aspiraba a ser un diccionario de biografías y de datos históricos, pero ya en lejanos días de reposada labor, cuando era Ministro en el Paraguay, resolví dejar los datos para el tomo independiente a que espero dar término.
No puede decir quien tiene escritos ocho libros y centenares de artículos de tema histórico publicados en prestigiosos diarios de Montevideo y Buenos Aires, que esta obra haya constituído la obra de su vida, vida múltiple como suele ser la de los hombres pobres y de trabajo.
Pero no podría negar, tampoco, que en el transcurso de esos largos treinta y cinco años a que se aludió, en todo tiempo, en toda circunstancia y donde quiera que fuese, veló siempre el cuidado de que no pasara sin tomar cuenta cualquier fecha, cualquier pormenor o cualquier dato, sospechoso siquiera de que pudiese ser añadido útilmente al acervo de fechas, detalles y noticias colectado con tanta paciencia y tan perseverante voluntad.
Ya en posesión de un material de fondo realmente serio, creí llegada la hora de dar ordenación y forma concluyente al cúmulo de mis apuntes y notas, redactando las fichas biográficas del Diccionario conforme a un tipo que las alejase lo mismo de la monografía que del esquema y escritas con criterio objetivo, cuidando de impersonalizarme hasta donde fuese posible, pero sin excluir tampoco el comentario o el juicio siempre que lo creyese indispensable, porque la vida de los hombres tiene anverso y reverso.
