Electo diputado en las cámaras del 73, renunció su banca a media- dos del año siguiente fundándose en lo precario de su salud. No era pretexto alegado vanamente el de la renuncia, pues el 26 de febrero de 1876 fallecía en su quinta del Reducto.
Su muerte trajo como secuela un largo pleito sucesorio en el que el Estado tuvo participación, a falta de herederos con mejor derecho, y dió motivo a graves comentarios, en que se mezclaban nombres de personajes del período latorrista.
LAPUENTE, LAURINDO
Escritor y educacionista. Había nacido probablemente en Montevideo, pero pasó largos períodos de su vida, ni muy larga ni muy desahogada, en la República Argentina, aquejado un poco de bohemia literaria.
A los 18 años era maestro de escuela, noble ocupación a que consagró muchas energías y en una de sus estadas en la capital, la Junta Económico Administrativa le confió la dirección del colegio público de la Aguada, mientras se resolvía sobre su pedido de ser nombrado Inspector de Escuelas. Desempeñó el cargo sólo diez meses, renunciándolo porque la Inspección demoraba en crearse y regresó a Buenos Aires después de publicar una especie de manifiesto a todas luces intempestivo.
Como hombre de letras usó habitualmente el seudónimo de Antar. Figuran en el Album de Poesías Uruguayas de A. Magariños Cervantes, siete composiciones de Lapuente, que dejan formar criterio acerca de su relativo mérito.
Dardo Estrada, en su erudita Bibliografía, cita entre sus obras las siguientes: Ensayos Poéticos (Buenos Aires, 1856); Virtud y Amor hasta la tumba (novela original); Una respuesta a María (Fantasía, Buenos Aires, 1857); Republicanas, con un prólogo de Francisco Bilbao (Buenos Aires, 1865) y Laurindas (Buenos Aires 1885), en las cuales anatematizó con valor y desenfado la intervención francesa en Méjico.
Después de 1865, límite de las noticias bibliográficas de Estrada, publicó El Gobierno de Sarmiento (opúsculo, Buenos Aires); y Meteoros (2 ediciones), siendo la primera un folleto que lleva fecha de 1867, impreso, como la segunda, en Buenos Aires. Esta colección de versos era, según su mismo autor dice, una serie de poesías varias y breves como los fenómenos atmosféricos de que toman el nombre. “Son poesías en síntesis — añade — que participan de la suavidad de las Laurindas y del brío de las Republicanas”. Siguen a todo esto, El Herminio de la Nueva Troya; El Imperio del Brasil (panfleto político); La Gran Política del Presidente Mitre (folleto de 67 páginas, Buenos Aires, 1876), publicación en la cual, contra lo que pudiera sugerir el título, ataca al presidente argentino y a la alianza con el Brasil; Las profecías de Mitre;
