la población de Mercedes. Perseguido de por el coronel Medina, éste lo derrotó en el Paso del Correntino del Río Negro, y muy difícilmente libróse de caer prisionero. El gobierno lo borrá de la lista de los Treinta y Tres y lo dió de baja del ejército junto con buen número de jefes y oficiales, calificados de anarquistas, el 20 de agosto.
Después de esta primera tentativa, habiendo emigrado con el general, a invadir por Tacuarembó en compañía de Berdún y otros jefes, cayendo todos de sorpresa sobre el general. Gómez, en San Servando, el 10 de junio de 1834, aunque no les fué posible sacar provecho de su victoria.
Al ser le en el curso de la revolución “Constitucional” que desencadenó Rivera, fué nombrado Jefe de Estado Mayor de la Comandancia General de Campaña a órdenes del general Manuel Britos, y tuvo el mando de una corta división llamada del Norte en los departamentos de Salto y Paysandú. En este último, el jefe riverista José Mª Luna lo derrotó en Queguay en marzo de 1837, matándole un número desproporcionado de oficiales, entre ellos algunos de mucho mérito.
Adicto al general Manuel Oribe, sirvió en las filas del Partido Blanco durante toda la Guerra Grande aunque en plano secundario. Valiente oficial, no descollaba Manuel Lavalleja como un jefe de mayores dotes militares y, en ocasiones, sus descuidos merecieron palabras ásperas del Ministro de Guerra de Oribe, general Antonio Díaz.
Comandante Militar del Salto en 1845, no atinó a defender la capital del departamento contra Garibaldi, el cual apoderóse de la plaza sin combate el 3 de octubre. Después del fracaso permaneció con sus fuerzas en la cercanías de la población, dando lugar a que Garibaldi realizara, casi de inmediato, una salida y lo derrotase completamente en el Paso del Potrero del arroyo Itapeby,
Después de estos contrastes poco volvió a figurar activamente y al celebrarse la paz de octubre del 51 desempeñaba interinamente la Jefatura Política salteña. Sustituido en el puesto por Joaquín T. Egaña, dedicóse a atender las haciendas de la estancia que poseía en Cañas, en el mismo departamento de Salto y en ella vino a fallecer repentinamente mientras estaba ocupada en faenas el 9 de julio de 1852, recibiendo sepultura provisoria en el cementerio de la villa.
LAVANDEIRA, FRANCISCO Caraciolo
Periodista y abogado, cuya vida se vió truncada lamentablemente en uno de los más deplorables episodios de nuestra historia. Era nacido en Arias, departamento de Florida, en la estancia paterna, el 4 de julio de 1848, hijo de Sixto Lavandeira, argentino y de Carolina Muñoz, uruguaya.
