Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/735

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida

Como la residencia habitual de los suyos era la Villa de Guadalupe, transcurrió aquí su niñez y adquirió los primeros conocimientos. Más tarde, por resolución de su padre cursó estudios de derecho en Buenos Aires, distinguiéndose entre sus compañeros por la predilección que demostraba hacia los temas financieros y hacendísticos. Recibido su título universitario, lo revalidó en el país y establecido en la capital, entró a dictar la cátedra de Economía Política en la Universidad en mayo de 1873. Desarrolló un programa serio y extenso, ilustrado con amplitud, con gran acopio de conocimientos y de noticias novísimas que venían a revolucionar los planes y los métodos en vigencia. Encaminábase su enseñanza a la aplicación de las doctrinas a los problemas nuestros, imprimiéndole un carácter práctico, en contraposición al empirismo de los textos doctrinarios importados del extranjero.

Los trabajos estadísticos de Adolfo Vaillant vinieron a servirle de poderosa ayuda. — (Ver este nombre).

Cinco días antes de su muerte presidió los exámenes de segundo año,

Adepto al Partido Blanco, tomó parte en el movimiento insurreccional que tuvo por jefe al coronel Timoteo Aparicio en 1870-72 y fué él, junto con Agustín de Vedia, quien publicó y redactó el periódico “La Revolución”, con los tipos de la imprenta volante que llevaron de Buenos Aires, en octubre de 1870.

Redactor del diario nacionalista “La Democracia”, en sus columnas pueden leerse muchos de sus trabajos de especialidad alternando con los editoriales y los artículos polémicos. Colaboró asimismo en la “Revista Mercantil” que aparecía en la misma época y pudo ver, satisfecho, que algunas de sus ideas recogidas en el parlamento, llegaron a cristalizar en forma de leyes.

En el campo de las letras puras, dejó en las páginas de su diario varias muestras de sentimentalismo delicado.

Después de la pacificación de abril, empeñado en levar al país por mejores caminos, y en conjunción con los principistas colorados, enfrentó valientemente la lucha política contra las fuerzas regresivas que representaban en su mismo partido los blancos “netos”, en igual tendencia que los netos colorados, Presente a la hora de cumplir con sus deberes ciudadanos en el tiroteo que ensangrentó la Plaza de la Constitución el 10 de enero de 1875, recibió un balazo a la altura de la aorta, falleciendo instantáneamente, mientras formaba grupo con sus amigos debajo del ombú existente en aquella época en el triángulo oeste de la plaza.

Cayó a los 27 años de edad, en el campo de muerte en que se vió convertido de súbito lo que Lavandeira proclamaba ese mismo día “campo del Derecho”, donde los ciudadanos iban a hacer valer la fuerza del voto libre, en una justa cívica sin pre-

— 735 —