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sufriendo un violento rechazo. Rosas lo envió entonces con el batallón Libertad a reforzar el ejército de Oribe en Entre Ríos, en octubre del 42, tocándole hallarse en la batalla de Arroyo Grande, fatal para las armas nacionales e invadir luego el país con el Ejército Unido de Vanguardia de la Confederación Argentina, a órdenes del mismo Oribe.

En las líneas sitiadoras de la capital conservó el mando del batallón argentino Libertad y tuvo actuación notoria en el encuentro de las Tres Cruces en 1844, y en otros varios.

Jefe favorito del general Oribe en la terrible campaña de las Provincias, según Saldías, concluyó emparentándose al titulado presidente legal por matrimonio con una de sus hijas, y tuvo en el Cerrito una influencia notoria.

A la hora en que, después de pronunciarse el general Urquiza contra el tirano Rosas en Entre Ríos, el 1° de mayo de 1851, vino al Uruguay con propósito de batir primero a Oribe, Maza formó parte del grupo de jefes argentinos que se mantuvo fiel al tirano y embarcándose secretamente por el Buceo en un buque inglés, junto con Gerónimo Costa, Flores y otros militares, se presentó a Rosas en Buenos Aires y formó parte, con dos batallones de infantería, en el ala derecha del ejército vencido en la batalla de Caseros el 3 de febrero de 1852. Pudo fugar, escapando a una muerte segura, pues lo habrían matado irremisiblemente en caso de caer prisionero; tantos y tales eran los odios que concitaba.

Amparándose en la amnistía anexa a la paz del 8 de octubre de 1851, el coronel Mariano Maza pudo hallar refugio en Montevideo donde fijó su residencia.

Incorporado al ejército nacional en 1865, sólo un gobierno ya sin norte, pudo haber incluído el nombre de Mariano Maza — en alas del despecho y con la visión de la derrota irreparable — entre los soldados de la República.

La designación de tal persona hecha por el presidente Berro el 16 de julio de 1863, para formar parte de una comisión que entendería en los suministros de ganado para las tropas gubernistas, ya dice bien poco en favor del magistrado que la suscribió. Pero su incorporación al ejército es el proceso de una época y de sus hombres.

El decreto de 12 de enero de 1865, que firman Aguirre y su Ministro de Guerra, Dr. Jacinto Susviela, dice así: “Pudiendo el coronel argentino don Mariano Maza optar a la ciudadanía oriental por haber combatido en clase de oficial por la independencia de esta república, invítesele en el día a servir por la misma causa en el ejército de la Nación”, Aceptada la invitación, que se descontaba, en la Orden General del día 15 se le hizo reconocer en el Ejército.

Adolfo Saldias, historiador rosista y por consiguiente insospechable de parcialidad contra el coronel que ingresaba a los cuadros militares uruguayos, lo juzga así después de referirse a la actuación de Maza en las campañas del interior argentino con

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