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Simple ciudadano, después de tantos servicios rendidos al país, permaneció ajeno a las luchas civiles de 1836 - 38 y vino a morir en su pueblo natal el 26 de octubre de 1842.


MEDINA, ANACLETO

Soldado de la Independencia, brigadier general del Ejército. Poseedor de una de las más nutridas y brillante foja de servicios que nadie haya tenido en la República, comprometió para siempre su limpia reputación por su actitud de inexplicable debilidad en el terrible episodio de Quinteros.

Nacido en Las Víboras, antigua población del departamento de Colonia, el 26 de julio de 1788, era hijo de un santiagueño Bernardo Medina y de Petrona Viera, vecina del pueblo.

Sus servicios se remontan a la época artiguista, pero no están determinados con suficiente precisión. Tiénese por cierto que Artigas lo envió como sargento instructor a Ramírez. A órdenes de éste se le encuentra en Entre Ríos batiéndose heroicamente en Coronda el 24 de mayo de 1821, con el ejército de La Madríd, y es de estos años el falso capítulo heroico y romántico en que nuestro compatriota, después de hacer una travesía fantástica por tierras chaqueñas, salva a Delfina Menchaca, la querida de Ramírez, en la hora de la derrota y de la muerte del caudillo el 10 de julio. El propio Medina negó la verdad del hecho en sus dictados “Apuntes”, pero la leyenda ya había hecho camino, prohijada hasta por Mitre en su “Historia de Belgrano”. Vemos en cambio que el protagonista nada quería conceder al invento, y nunca se insistirá suficiente en la tarea de alejar de la historia estas bellas mentiras. (Ver Gerónimo Machado).

La presencia y servicios de Medina en la campaña libertadora de Chile, se discutieron en la prensa montevideana en un debate en que tomó parte Carlos María Ramírez.

Durante la guerra del Brasil en 1826, consecuencia inmediata de la incorporación de la Provincia Oriental, insurreccionada contra sus dominadores para formar parte de las Provincias Unidas, sirvió en el Ejército Republicano comandado por el general Carlos Mª de Alvear, como teniente coronel del Escuadrón Escolta, el 2 de setiembre.

Fué esta unidad la que se convirtió más tarde en un cuerpo de Coraceros destinado a hacerse célebre por sus proezas, y la que Medina tuvo a sus órdenes en el combate de Ombú, el 16 de febrero de 1827, y luego en la jornada victoriosa de Ituzaingó el 20 del mismo mes y año.

Antes de firmarse el armisticio hizo, todavía, la campaña de Bagé, siendo de los ocupantes de la plaza el 13 de abril del 27.

Ajustada la paz siguió con el ejército hasta Buenos Aires, participando a órdenes del general Juan Lavalle en el pronunciamiento de 1°

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