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al Brasil y no tener antecedentes ni títulos que justificasen su nombramiento de comandante en jefe.
Núñez pasó de inmediato al Brasil para de aquí dirigirse a la República Argentina, donde poco tiempo después acabaron sus días en circunstancias no del todo claras. Amaneció muerto en la cama y los diarios porteños atribuyeron el deceso a la ruptura de una aneurisma.
Luis Alberto de Herrera, en su libro “Por la Patria”, se hace eco de la versión que.se generalizó entonces, — y según sus palabras comprobada por la ciencia —, de que se trataba de un caso de suicidio por envenenamiento.
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