cer hasta que la capitulación de Vigodet, en 1814, puso término a la soberanía de España. Entonces pasó a residir nuevamente en Montevideo, actuando como miembro del Cabildo, en el período en que Otorgués, por nombramiento de Artigas, desempeñaba funciones gubernativas en la capital.
Lo dicho de que el coronel artiguista cayera en excesos por ocultos consejos de Obes, no está probado de modo alguno y su poster prisión por el mismo Otorgués, que concluyó enviándolo con fierros al campamento de Purificación, parecería confirmar la inconsistencia de aquellos asertos. Luego de oíldas por Artigas sus explicaciones y descargos, el Protector le devolvió la libertad.
Ocupada la provincia por los portugueses, Lucas Obes, como tantos ciudadanos, se sometió a lo que después llamaría terrible pero inevitable destino, diciendo que no podía hacerse otra cosa que lo que se hizo. Restablecido por las nuevas autoridades intrusas — el 14 de febrero — el Consulado de Comercio que el régimen patrio había suprimido, fué designado Prior del antiguo instituto y desde ese puesto, con empeño constante, contribuyó en forma decisiva a la elevación: del faro de la Isla de Flores y alentó varias iniciativas de progreso y bienestar comunes.
Procurador General del Estado Cisplatino, por votos del Congreso extraordinario del año 21, el mismo que sancionara la anexión de la provincia al Reino de Portugal, emprendió viaje a Lisboa a principios del año 22, pero a causa de los acontecimientos que torcieron la marcha regular de la monarquía lusitana, no pudo pasar más allá de Rio Janeiro donde debía permanecer un año, tiempo que empleó en actividedes que consideraba útiles a su tierra de adopción.
De regreso de Río Janeiro en 1823, se halló con la lucha planteada en la provincia entre lusitanos realistas y brasileños imperialistas, cuyo origen era la declaración de independencia hecha por el príncipe Pedro en Ipiranga, y en esas circunstancias, tomando partido por el último de los bandos, cuyo jefe era el general Lecor, fué a unirse con él a título de Procurador General del Estado Cisplatino.
Como en esta emergencia — divididos los extranjeros — volvió a plantearse el problema de la liberación de la provincia usurpada por los invasores del año 16, Obes fué de parecer que la ocasión no había llegado todavía, aunque aceptara en principio la idea.
Asegurado el Imperio por el acuerdo que trajo el retiro de las fuerzas portuguesas de Montevideo, pasó a ser miembro de la Cámara de Apelaciones, distinguiéndose como hombre de ideas progresistas con rasgos de independencia que entonces no eran corrientes. Una vez que se juró la Constitución brasileña el 9 de mayo de 1824, fué electo para re-
