Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/909

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida

presentar la provincia en la Cámara General del Brasil que sesionaba en Río Janeiro, para donde se ausentó al finalizar el nombrado año.

Hallábase en el desempeño del nuevo cargo cuando se produjo la invasión lavallejista de abril de 1825, como acto inicial del levantamiento de la Banda contra el dominio extranjero y tras ella, la inmediata adhesión del coronel Fructuoso Rivera, gran amigo de Obes, a la causa patriota, el cual, probablemente, lo tenía enterado con anticipación del camino que iba a tomar cuando la oportunidad se presentara.

Desde entonces, su único propósito fué poder escapar de la Corte, logrando verlo realizado cuando embarcó ocultamente en el barco inglés jue lo puso en Punta Ballena el 4 le febrero de 1826, trasladándose de inmediato a Maldonado, — donde el Cabildo lo recibió con distinción — portador de preciosos datos acerca le las fuerzas y recursos con que pudiera contar el enemigo.

Carlos Federico Lecor, Gobernador de la provincia, apenas en conocimiento de su venida, lo declaro desertor de la causa imperial confiscándole los bienes, al tiempo que designaba el suplente que ocuparía su lugar en el parlamento brasileño.

Corrían entonces días muy graves para que ciertos políticos de Buenos Aires vieran sin recelo la presencia en el campo de la lucha armada, de influencias que podían ser tan poderosas tratándose de un hombre del temple del doctor Lucas Obes, por cuyo motivo, seguramente, y a fin de tenerlo a su alcance, el gobierno de Buenos Aires por intermedio del Ministerio de la Guerra, dispuso la pronta traslación del Dr. Obes a la capital (13 de febrero), dándole las mayores garantías. Encaminóse a Buenos Aires de inmediato y apenas allí, a mediados de 1826, fué detenido por la policía y luego envuelto en un raro procedimiento acusatorio que trajo como consecuencia la arbitraria orden que lo obligó a permanecer confinado en la capital, seguida de otra sentencia que le imponía destierro y muerte civil, pese a todas las seguridades prometidas.

Aunque Obes representó ante el Congreso y las autoridades competentes con abundantes pruebas de su inocencia expuestas en la forma que era capaz de hacerlo y las cuales corrieron impresas en hojas sueltas, su situación no tuvo variante hasta que la paz del año 28 y la constitución de la Provincia Oriental en Estado independiente le permitieron volver a la nueva República, su patria de adopción, donde estaba destinado a figurar.

Ejercía funciones de Fiscal General cuando el Gobernador Provisorio José Rondeau, “atenta la inesperada improvisión de los Ministerios de Gobierno y Hacienda”, resolvió — por decreto de 10 de setiembre de 1829, que asistiera al despacho de la primera de dichas Secretarías con el titulo de Encargado y especial autorización para suplir la ausencia del Ministro.

— 909 —