Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/911

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los personajes más conspícuos de su parcialidad política, podía redundar en grave perjuicio del General, que era su probado amigo.

Después de muchos meses de modestísima vida impuesta por su situación, viudo y privado de su único hijo varón Maximiliano, joven oficial del ejército muerto a manos de los charrúas el año 1831, falleció el doctor Lucas Obes en Nictheroy el 7 de noviembre de 1836, victimado por una fiebre perniciosa. No parece exacto que fuese víctima de la fiebre amarilla, pues esta enfermedad recién hizo su aparición allí en 1850, importada de Bahía, según dice el Dr. Adolfo Brunel.

Sus cenizas fueron repatriadas en enero de 1839, cuando el general Rivera, que triunfante la revolución llamada “constitucional” ejercía el poder como gobernante de facto, estaba en condiciones de rendirle homenaje póstumo de “gratitud nacional”, conforme lo dispuso por el mismo decreto en que premiaba con ochocientos pesos anuales a la anciana y respetable madre de su ilustre Ministro.


ODOGERTI, Juan SECUNDINO

Pintor miniaturista, de ascendencia irlandesa, cuyo apellido en su original era O'Dogerty, aunque el artista lo usó castellanizado, sin apóstrofe y con i.

Nacido en Montevideo el 1° de julio de 1804, tomó lecciones de caligrafía de Besnes e Irigoyen, y bajo

la dirección de Cayetano Gallino, notable retratista genovés residente en nuestra capital, logró los conocimientos pictóricos y el perfeccionamiento de técnica que caracteriza sus trabajos, muy distanciados artísticamente por su excelencia, de los: trabajos de los miniaturistas conocidos en la época, no sólo en el país, sino en el Río de la Plata.

Las miniaturas de Odogerti, cuando no tienen firma completa ni apellido, se distinguen por las iniciales S. O., aunque para los entendidos bastan la manera y el tono general.

Adviértese en todos los trabajos gran precisión de puntillado y esa transparencia especial que se logra únicamente en labor de primera intención, sin cansar el marfil sobre el cual se pinta.

Aparte su virtuosidad en el manejo del levísimo pincel de petit gris o la punta de acero, Segundino — el nombre familiar a los contemporáneos — fué un verdadero retratista dentro del marco mínimo en que encerraba sus figuras. Lo certifica el testimonio de quienes pudieron dar razón de sus dichos y la prueba, sin réplica, que aporta el cotejo de sus marfiles con daguerrotipos o fotografías obtenidas luego directamente, en las cuales, aún en aquellas donde se interpone la máscara puesta sobre el rostro de los modelos por el tiempo y por la vida, las líneas fundamentales y las expresiones se corresponden.

Fué Odogerti artista de producción numerosa y muy pareja, ante quien

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