Página:Finke Mujer Edad Media.djvu/124

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llevar al santo de Aquino a esta insostenible con- cepción (1). Este mismo criterio se desprende, a mi juicio, de una carta del Papa Juan XXIL en la que para disculpar los yerros políticos de una reina aduce la fragilitas sexus feminei.

Egidio Colonna y San Antonino. — Tomás de Aquino es, en todos sus enunciados, prudente y nunca agresivo. Modales más bruscos tiene su famoso discípulo Egidio Colonna. Educó al rey de Francia, Felipe el Hermoso, el más importante político francés, y escribió un libro sobre la edu- cación de los príncipes. En él se expresa sobre la mujer con extraordinaria acritud. Según él, la mujer es una mala herba, quee cito crescit, y si madura pronto, es porque la naturaleza no se ocupa de ella. Las mujeres son incontinentes, charlatanas, caprichosas, ligeras y orgullosas. No merecen, en realidad, ninguna alabanza, a no ser que sean piadosas, sensibles y compasivas. El puesto que señala, por lo tanto, a la mujer en la familia, es extraordinariamente bajo.

Mucha impresión ha causado en los tiempos modernos San Antonino de Florencia, que vivió en el siglo xv y escribió el Alfabeto de las malas mujeres. Lo tomó de una homilia de su maestro, el cardenal Dominici. ¿Hasta qué punto semejan-


(1) Es sorprendente que también Santo Tomás discuta a quién ha de quererse más, si al padre o a la madre, concluyendo: per se loquendo pater magis est amandus, quam mater (!).

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