fiestas con una reina de la sociedad. Los paseos al fresco de la mañana y las reuniones al atarde- cer alternan con las delicias de la mesa, el baile y los animados coloquios. Mucho dilettantismo sin duda, pero también espíritu fino y poético. En un librito dedicado a Lucrecia Borgia cuenta Bembo cómo, después de festejar una boda, se congregan los invitados en el parque y alternan los diálogos con los cantos amorosos. Buen número de cortes brillan por la marcada personalidad de sus prín- cipes y princesas; así conocemos la de Urbino por El Cortesano del famoso conde Castiglione y el manual del buen tono, Codex, de toda estética. Conocemos también una serie de damas que pa- saban por ser excelsas conversadoras. Margarita de Navarra reinaba en todas las sociedades por su destreza en las narraciones e improvisaciones.
Nuevos medios de la cultura de la mujer. — ¿Cuáles son los nuevos medios de cultura de la mujer en el Renacimiento?” Primero los libros. En las casas distinguidas había una pequeña bi- blioteca y el propósito de aumentarla y comple- tarla. Varias damas principescas pueden citarse como amigas de los libros; así las de Gonzaga y Saboya, las de Habsburgo y las reinas de Ara- gón; estas últimas precisamente encuentran ma- tices amables en sus cartas cuando se trata de la compra de libros. Pronto se aplica a los libros también el afán de lujo. Se buscan delicadas en-
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