Página:Finke Mujer Edad Media.djvu/29

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ellas trabajaron luego en la destrucción del Im- perio mundial.

Por lo pronto, la unión marital comienza a disolverse. El poder, ilimitado hasta entonces, del marido fué anulado mediante una nueva forma de matrimonio, que pronto se adoptó en los círculos distinguidos. El matrimonio no pue- de ya llevarse a cabo sin el asentimiento de la novia; la mujer no toma el nombre del marido. A esto se denominó emancipación de la mujer. Desaparece la bendición sacerdotal. El matrimo- nio pasa a ser un acto civil, en el que la mujer conserva el derecho a su patrimonio, y del que, tanto el marido como la mujer, pueden desligar- se por insignificantes que sean las razones. Con esto el vínculo se resiente en un grado increíble. Ovidio se casó tres veces; Pompeyo, cinco; Tulia, la hija de Cicerón, tres veces también; y San Jeró- nimo refiere el caso de un hombre del pueblo que contrajo su vigésimoprimero matrimonio con una mujer que tomaba esposo por vigésimasegunda vez. La mujer podía permitírselo todo. «Los ro- manos reinan sobre el mundo y la mujer sobre los romanos», dice Catón. El divorcio está a la orden del día; la poliandria impera en sus formas más agudas. Esto se acrecienta hasta llegar a las orgías de Mesalina, «la esposa del emperador, madre del príncipe heredero, que, ante testigos y en una fiesta, se casó con el hermoso Silio, un liberto»,

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