de Toledo, de Sierra-Morena y de las Alpujarras, y recorrian las márgenes del Ebro, del Tajo y del Guadiana, aseguran que el gachó (el que no es gitano) no es ya tan engañado ó burlado como ántes; que el busnó (el extraño en general á la raza) no es ya tan aborrecido como en lo pasado.
Quéjanse tambien que, á la par que esos sentimientos de repulsion van desapareciendo, el espíritu de confraternidad gitana desaparece tambien; que los que se han hecho ricos no tienen caridad de sus hermanos pobres; y, lo que es más, que ya se mira con indiferencia el ser deudor; que el punto de honra de la lirí es calés, de pagar en cosa ó en persona, en efectos ó en servicios, ha dejado de existir. El zincaló se ha hecho busnó, el gitano se ha convertido en extraño.
Y estos lamentos no son exclusivos á los gitanos españoles. Lo mismo acontece entre los de Rusia y Provincias Danubianas, lo mismo entre los de Hungría, Italia é Inglaterra.
Donde más se ven los efectos de esa igualdad evangélica
aplicada á los gitanos es en Rusia. Además de
la ocupacion favorita de chalanes y decidores de buenaventura,
que parece característica á su raza en todas
las comarcas que habitan, ejercen en grande escala
la profesión de criadores de ganado, á lo cual
se prestan favorablemente las inmensas dehesas al
Sur de aquel país.
Las mujeres en Moscou se dedican al canto, el cual las ha hecho famosas, procurándoles posicion, fortuna y hasta enlaces con la nobleza rusa. Aún se recuerda cuando la célebre Catalani visitó la antigua