dudosas con frases de correcto caló, segun las reglas gramaticales que hemos condensado en un Epítome, cuyas cortas páginas sin embargo no adivinará quizá el lector son fruto de la consulta de obras filológicas y gramáticas orientales, sin cuyo estudio habría sido imposible metodizar un dialecto puramente oral y conservado sólo de generación á generación en la memoria de la raza que le habla.
Por eso hánse introducido en el lenguaje de los gitanos corruptelas de pronunciacion, trasposiciones de sílabas y permutaciones de letras, que hacen parecer como voces diferentes las que sólo son una misma voz en su orígen. Con arreglo á este orígen, hubiéramos debido acaso omitir esas diversas forman silábicas que la práctica ha adoptado en el caló; pero, así como resueltamente hemos prescindido del fárrago ántes mencionado, por no pertenecer al gitano, no así debiamos proceder con lo que, aunque vicioso, es al fin un uso admitido. Esto no puede racionalmente omitirse en la parte primera del Diccionario, en el vocabulario caló-castellano. En la segunda parte, en el vocabulario castellano-caló, es donde, ó deben fijarse las formas silábicas más genuinas, ó suprimirse las absolutamente corrompidas ó bárbaras.
A este último género pertenecen las palabras espurias inventadas por los seudo-literatos no gitanos, que tampoco hemos querido desechar en esta primera parte, pues preciso es darlas á conocer para entender las muchas composiciones que, aunque no todas bien comprendidas por los gitanos, andan de boca en boca entre ellos, y las cantan y entonan en sus fiestas y jaleos, así como los dilettanti de las clases elevadas tararean y recitan las árias de las óperas italianas sin entender su letra ni sentido.
Muchas de esas palabras proceden de haberse tomado por base la estructura filológica del castellano