adorna el libro glorioso de la historia de los pueblos.
En Huánuco hay en la actualidad un obelisco, un monumento, conmemorando la inmortal hazaña de las mujeres de Manco-Capac.
El otro tipo de mujer peruana, es la limeña, de origen hispano. Es blanca, de una hermosura arrebatadora, pequeñita de estatura, decidora, apasionada, generosa, arrogante.
Hoy su indumentaria es casi europea, pero hasta hace poco tiempo relativamente, —medio siglo,—la limeña ha vestido de una manera característica, que realzaba más, si cabe, sus encantos femeninos. La independencia del país ha venido á hacer en el Perú una radical revoluciór: en las costumbres y en las modas.
Hasta mediados del siglo XIX, la «tapada», que era la mujer casada generalmente, iba con manto de crespón negro, que le cafa desde el nacimiento del pelo hasta la cintura, y dejándole únicamente al descubierto el brazo izquierdo y el ojo derecho; llevaba zapatos de charol de raso blanco y media de seda. Este disfraz, que se prestaba á intrigas y aventuras galantes, no era muy del agrado de los
