existencia de un complemento suprimido, entiendo que este no es بحر bahr, sino الرحل ar-rahl, nombre que, seguido de الاندلس Alandalus, denotaba «los navíos de transporte que mantenían la comunicación entre África y España», según se lee en Slane, Hist. des berb., I, 401, ap. Dozy, Supl. Pues bien; precedido el vocablo الرحل ar-rahl, con elipsis de Alandalus, de امير amir (á quien, según Aben Jaldún. citado por Engelmann, se confiaba el mando supremo de la armada, cuando se trataba de una expedición naval de importancia), tendríamos amirrahl, «el jefe ó comandante de la escuadra de transporte»; suavizada la doble r y sincopada la h, la forma fr. amiral y la gr. ἀμηραλης, cuya ης no es más que la terminación del nombre, y mediante la inserción de una l eufónica despues de la a inicial, la cast. almiral, cuya última l se convirtió en all, lh y gli en las respectivas formas cat., port., cast. é ital. almirall, almiralh, almiralle, almiraglio, ammiraglio. Igual procedencia hay que reconocer en las dicciones cast. almirag, almirage, almiraj y almiraje, y en la de la b. lat. almiragius, cuya g y j tuvieron hasta comienzos del siglo XVII un sonido semejante al de la ll. Los términos de la b. lat. admiralius, admirallus, amirarius, etc., que se encuentran en Ducange, no son, pues, en mi humilde sentir, como creen Diez y Dozy, disfraces de la palabra amir por la adición de sufijos variados, sino formas latinizadas de los vocablos correspondientes del habla popular y común. Finalmente, y por lo que respecta al cat., mall. y val. almirant y al cast. almirante, soy de opinión que se formaron de almirall (ll lat.) por la conversión de la 1.ª l en n (cf. cast. mortandad de mortalitas, almargen de μὰργηλις, ital. muggine de mugil, fr. marne de margula) y de la 2.ª en d (cf. almidón de amylon), de donde el vocablo de la b. lat. ammirandus, y de la d en t. Cf. prov. nut de nodus, y cast. acemite de سميد semid y con el art. as-semid, alcahuete de القواد al-cauwád.
