través de nuestro organismo, sin producir la enfermedad ó ser ésta muy atenuada, por inmunidad natural de la gente sana y fuerte, ó porque por inoculaciones de vacunas, sueros, etc., conseguimos la inmunidad provocada artificial (vacuna antivariólica).
Ahora, sabiendo que los microbios buenos y malos existen en la tierra, en el agua y el aire, nos explicamos las precauciones que tomamos para no llevar tierra y polvo, para limpiar las heridas y quemaduras; para hacer penetrar aire sin micróbios en las habitaciones; asear, que equivale alejar de nuestra persona, ropa y útiles estos gérmenes, y por fin, esterilizar todo lo que comemos y bebemos.
Debemos tomar la costumbre de pasar al fuego todo lo que comemos, aun no nos agrade la comida en esta forma, y los utensilios de uso diario perfectamente esterilizados, El pan aunque esté cocido, pero traído de afuera, debe permanecer en el horno diez minutos más; las ensaladas, leche, etc., cocido para evitar infecciones. La fruta y todo lo que se pone en la mesa, debe ser lavada para cada comida.
Poco á poco, se ha ido suprimiendo las comidas que contienen micróbios dañosos y producen venenos (ptomainas); como ser los productos de cacería pasados, ó legumbres fermentadas: antes tan apreciadas; pero, que causaron muchas muertes; porque aunque se cocinen, queda el veneno.
Ahora en Alemania, los sabios elevan su voz contra el uso de la manteca fresca por los niños, á causa de que esta recoje, retiene y desarrolla los microbios de la tuberculosis, que hay en la leche de los animales que están atacadas de esta enfermedad.
Las vasijas y jarros para la leche deben ser hervidas ó desinfectadas al vapor ó secadas sobre el fuego, dejando evaporar el resto de agua del lavado. La vajilla, cubiertos etc., deben limpiarse sometiéndolos á un hervor de diez minutos ó unos segundos á un chorro de vapor ó estelirizarse al horno.
Nada debe quedar destapado, que lo exponga