Página:Grierson Primeros Auxilios.djvu/303

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cho, agua, etc., para efectuar la desinfección continua al calor, hirviendo los objetos que se pueda, y pasando al fuego los demás; que debe hacerse á diario en toda casa con la vajilla, loza, etc.

Cuando el enfermo ha sanado ó se ha muerto, es nuestro deber limpiar y desinfectar perfectamente toda pieza y cuanto contiene ó haya contenido durante la enfermedad; mejor aún sería desinfectar toda la casa entera (desinfección final).

Las paredes del cuarto que están empapeladas, las que son pintadas de color, se pulverizan y se lavan con desinfectante, con las soluciones ya indicadas, como ser: formol, ácido sulfuroso líquido, bicloruro ó cianuro de mercurio, etc., hecho por medio de bombas, regaderas ó pulverizadores (lámina 164); lo mismo, debe hacerse con los muebles que sufren menos por esto, cuanto más sencillos son. Por fin, cerrar la pieza y vaporizar formol, hirviendo la solución ó quemando azufre que produce ácido sulfuroso. La cantidad usada de azufre es de 40 gramos por cada metro cúbico; la pieza cerrada por 24 horas, y saturado con vapor, como también debe estarlo, cuando se usare pastillas de formalina, que desarrollan el gas formalina, igual á la que contiene la solución de formol.

Hemos visto, que la solución acuosa de formalina ó sea formol contenía en 100 volúmenes de agua, sólo 40 de formalina gaseosa. Ahora, las pastillas contienen 1 gramo de gas puro y por lo tanto 2/3 más fuerte que la solución. Por lo tanto, 100 pastillas de formalina es igual á 270 gramos de solución de formol.

Para la desinfección por la formalina se emplea 2 1/2 pastillas por cada metro cúbico, si el local permanece cerrado á lo menos 7 horas, y si se está apurado se usan 5 por metro cúbico, teniendo la habitación cerrada durante 3 1/2 horas.

Como no deteriora los objetos, ni muebles; se puede dejar todo en la pieza y someterlo á los vapores de formalina; ya sea hirviendo la solución ó calentando las pastillas en calentadores apropiados (lámina 165 a), que desarrollan vapor de agua (por el alcohol que se quema), al mismo tiempo que el gas de formalina.