poniendo los objetos al horno para desinfectarlos y vigilando que no se quemen.
Solamente cuando se ha cumplido rigurosamente desde el principio con todas estas prescripciones, se puede esperar, que hayan sido destruídos todos los gérmenes contagiosos. ¡El hacerlo á medidas es trabajo inútil!
Se sabe que la transmisión de las enfermedades contagiosas son: 1º por el enfermo, sus deyecciones y secreciones; 2º el agua y los alimentos; 3º por las personas que están ó han estado en contacto con los enfermos; 4º por los objetos de uso diario, que han servido y han estado cerca del enfermo (vestidos, ropa, juguetes, muebles utensilios, etc.); 5º habitación ocupada por el enfermo; 6º por los cadáveres.
Las personas que están en un medio donde se producen : a) fiebre tifoidea, disentería, cólera, fiebre amarilla, peste; b) sarampión, escarlatina, viruela, carbúnculo; c) tuberculosis, difteria (anginas), tos convulsa, etc., están expuestas á contagionarse por los medios ya indicados.
Deben precaverse: aislando al enfermo y desinfectando: deposiciones, vómitos, flujos, secreciones, orina, saliva, moco, etc.; todo el piso, utensilios, dinero, etc. del enfermo; aunque no se crea desde el principio, que sea contagiosa la enfermedad.
Los gatos, perros, insectos (pulgas, chinches, piojos, mosquitos, moscas), etc., son propagadores peligrosos del contagio y hay que extirparlos de las casas.
Usarán agua pura, hervida ó filtrada y aerada; porque, aunque á veces parece clara, tiene los gérmenes de las enfermedades (tifoidea, disentería); especialmente agua de las lagunas, los pozos, etc. Cuando no se tiene completa seguridad de su origen y pureza (viajeros), debe hervirse para todos los usos, como ser: beber, hacer tisanas (te, café); asear los comestibles y útiles para servirlos; objetos para el aseo de estos mismos (repasadores, cubiertos); igual precaución debe tomarse con todo lo que se come que debe ser cocido ó sometido al efecto del fuego una temperatura á lo menos