y tablillas que se fijan por medio de vendas ó de pañuelos.
También después de algunos días puede inmovilizar, aplicando un vendaje que se endurezca con yeso, cola, almidón, sobre uno de algodón ó gasa para hacer una presión uniforme y que forma al miembro un casco ó estuche persistente (aparato inamovible) hasta el momento de la curación.
El primer método es el más sencillo y usado hoy día, porque tiene la ventaja de poderse cambiar la curación en los casos de heridas ó aplicar dos ó tres veces al día un masaje en casos de fractura simple.
Sabiendo esto, debe el lego al prestar primeros auxilios, imitar en lo posible al cirujano; aprendiendo primero á distinguir una fractura y luego á auxiliar al fracturado.
1º Se distingue la fractura por la alteración de la forma de la parte fracturada, que no sólo es hinchada y rojiza, sino que recorriendo el dedo á lo largo del hueso, se siente la parte rota y aún se siente un chasquido que se llama crepitación; otras veces el hueso es notablemente desviado de su dirección natural.
2º Imposibilidad de mover por sí el miembro fracturado, que se siente pesado como un plomo y muy doloroso al ser movido, llegando á ser intenso el dolor cuando los extremos de los huesos tocan nervios, vasos ó músculos que se contraen enérgicamente; porque han perdido sus relaciones de inserción y por lo tanto, de longitud y se contraen por acción refleja para inmovilizar el hueso fracturado; á causa de esto se acorta por cabalgamiento, formación angular, etc.
3º Se conoce por una movilidad anormal en una parte donde no hay articulación; esto se observa cuando el paciente aún conserva poder de acción y por ignorancia ó torpeza se apoya sobre la pierna ó el brazo, ó cuando se le levanta para examinar el miembro fracturado, ó es conducido sin arte.
Los síntomas son más ó menos visibles según el sitio, la gravedad y movilidad de los huesos fracturados; así, en una caída, siempre se sospe-