LITERARIA Y SOCIAL DE LINÁ BECK BERNARD is
completamente muerta. Después de la siesta se bañaban en el río y a la vuelta hacían su arréglo. Terminada la cena, venían las visitas. Las damas que no salían, se sentaban delanté de la puerta de la casa. A ésa hora las calles recobraban su animación.
Lina Beck Bernard describe también el interior de las vivien- das, con sus muebles, adornos, cuadros y utensilios.
Las mujéres se casaban jóvenes y vivían los primeros años con sus madres, pues generalmente los esposos tenían que ausen- tarse con frecuencia por mucho tiempo.
Sé encontraban abuelas dé 32 6 33 años y no era raro hallar tíos y sobrinos de la misma édad, todos viviendo bajo un mismo techo.
La adopción de niños por las familias era muy común.
Se notaba, además, mucha indulgencia y paciencia entre ellos.
Tenían generosidad y mucha resignación para aceptar las duras pruebas de la vida.
La amistad revestía formas amables, atentas, con un fondo de verdadera y constante devoción.
Los hombrés se ocupaban del comercio, de la cría del ganado y de la guerra.
Después de hacernos conocer los detalles que anteceden, la señora Beck Bernard abre un nuevo capítulo, que titula «El 25 de Mayo», y nos refiere como éra festejada todos los años ésta efe- mérides nacional.
Las calles se embanderaban y la azotea del Cabildo desapa- recía entre una gran cantidad de banderolas, pabellones y bande- ras argentinas. Además, cada casa enarbolaba la bandera de la nación a que pertenecía su morador. Las campanas de las iglesias repicaban. Se hacían salvas de artillería, fusilería y bombas.
Por la mañana se realizaba una revista de la Guardia Nacional y un desfile con banda de música a la cabeza y bandera desplegada.