28 JUAN JORGE GSCHWIND — LÁ OBRÁ
RRA RARA
de tanto en tanto. La música, las bombas y las descargas de fusilería anunciaban a la ciudad, sorprendida por todos estos signos de fiesta, que a dos mil leguas de distancia, un hijo del suelo ita- liano había conquistado por el solo poder moral de un nombre mantenido puro, un nuevo florón para la Corona de su Rey y de su Patria.
Los habitantes de Santa Fe, entre los que abundaban aque- llos cuyos recuerdos individuales los ligaban a Garibaldi, se aso- ciaron a este entusiasmo. Los cuarteles cercanos al puerto se em- pavesaron. Flotaban los colores de la bandera argentina, urugua- ya e italiana.
Se facilitaron los salones del «Club del Orden» a un Comité de Fiesta Italiano, que organizó un hermoso baile.
«La manumisión de los negros en Santa Fe» es una parte del libro que contiene referencias históricas y antecedentes vincula- dos a la abolición de la esclavitud en la República Argentina.
La autora expone una serie de dificultades que surgieron en el cumplimiento de dicha medida y las consecuencias que tuvo y nos hace algunas descripciones y relatos relativos a este aconte- cimiento en Santa Fe.
El capítulo que dedica la escritora a «El Convento de la Merced», también contiene un relato de interés. Sabemos por el mismo que los esposos Beck Bernard vivían frente al citado Con- vento, plaza por medio, es decir que la casa de familia de la autora debía estar situada en la cuadra que da frente a la plaza, en donde hoy se levanta el edificio de los tribunales de la Pro- vincia.
El convento de la Merced era un vasto edificio, entonces desierto, del que los jesuítas habían recuperado la posesión hacía poco tiempo. Cuando lo visitó la señora Beck Bernard, estaba atendido por un solo cura.
Se trataba de un edificio construído con la solidez que ca- racteriza la arquitectura de los jesuítas. Alrededor de un gran