£l canto de las sombras
I¡REVERTERIS; Yo he pasado por ese día de inexistencia- que el alma enajenada nos procrea en la tierra.
Yo he vivido las horas del latido incorpóreo, cuando es un ser aparte el espíritu solo.
Yo he sentido en mis nervios el histérico impulso de esfumarme quemada en la pira del mundo.
Y jugué con la sombra de una noche muy fría ese signo funesto que nos vence en la vida.
Yo he sufrido la crisis de las ansias supremas, y fuí astro y fuí abismo, y al hendir la tiniebla;
derrumbé mil mirajes, abrazándome al vien:o, apilé sus escombros para alzarlos de nuevo,
y después, sin pensarlo, me enterré con la ruina de las torres que nunca había visto erigidas.
Yo he pasado por esa expiación del destino; fuí cadáver un día y he habitado su olvido.
El Jordán del instante me ha bañado en sus aguas, he nacido en lo Eterno, y allá estoy bautizada !
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