El canto de las sombras
SACRA RELIQUIA!
La casa se quedó sobre la roca frente a la inmensidad profunda del oleaje. Estaba sola, así como una torre monacal ; tan grave, tan silente y religiosa. Ermita y palomar.
Desde el recodo me volví a mirarla por la postrera vez; un abrazo de sombras la alejaba... y al diluirse en el vago atardecer, solo quedó flotando tras la tapia la clámide nocturna del laurel.
Templo de paz donde dormí mi sueño; bosque de vaguedad, senda de amor, ¡qué pálida y qué dulce te recuerdo casita de ilusión ! con el aroma suave de tus huertos y el canto de tu playa tornasol.
Siempre tan blanca así, frente a la espuma, en el arrobo de mortal quietud como supiste estar! Novia difunta que con las manos sobre el pecho, en cruz, aún parecías aguardar las nupcias enamorada del confín azul...
- 103 =