Esta página no ha sido corregida
El canto de las sombras
Amo el mudo recuerdo, la quietud de las cosas, los suspiros que dejan al morirse las rosas.
Y allá oculto en las peñas de una gruta que asombra, un poeta que quiera, ¡pero solo mi sombra !
Que recorra a serenas su bejel por los mares y él murmure en la lira, nunca oídos cantares.
Que me cuente su vida desde un páramo aislado escribiendo la historia sobre un Icaro alado.
Que me quiera con salmos y elegías y lloros, que las náyades blancas me repitan en coros.
Y una noche, cantando como noche ninguna, que se muera adorando mi sonrisa en la luna...
— 16 —