Página:Hebe Foussats Canto Sombras.djvu/180

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida

El canto de las sombras

GLORIA NATIVA

¡Vamos de aquí; volvamos, volvamos al desierto! Este artificio humano, esta ciudad me enferma, yo quiero mis pastores, mis ríos, mis montañas, mis montes y mis vegas.

Quiero mis tardes largas, ¡de tan largas eternas! Mis noches misteriosas, donde cada murmullo tiene la voz cuitada de un íntimo poema.

Vamos de aquí, que siento la lúgubre añoranza de aquellas majestades salvajes de la sierra, que echo de menos todo lo que me fué querido por la heredad paterna.

Las brisas portadoras de tétricos coloquios, el olor agradable de la fecunda tierra, el canto rudo y tierno de aquellos labradores ricos en su pobreza.

Las casas, las casuchas blancas y silenciosas de la tranquila aldea, la vida de su vida melancólica y buena.

Sus jóvenes, sus niños, sus pálidas doncellas de faldas recogidas y caprichosas trenzas.

Hasta los mismos ramos que en sus verjeles tiemblan, las rosas rubicundas, los mirtos olorosos, los azahares blancos con que las novias sueñan;

— 176 —