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El canto de las sombras
SOBRE LA COSTA
El lugar es desierto; lánguido imploro en las limpias arenas, hila el oleaje, y temblando a la lumbre de un sol de oro las turquesas resbalan sobre el follaje.
Es la hora tranquila que tanto adoro, y añorando al murmullo que alza el ramaje, entre vagos recuerdos, suspiro y lloro como lloran las aguas en el paraje.
A la sombra sensible de los nogales sus cánticos salmodian sentimentales los jilgueros que viven dentro del monte;
y son garzas livianas de alas inmensas, las goletas que flotan como suspensas en la línea dormida del horizonte.
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