ſten plumas, ſon todos grandes hombres del mar, y en algunas partes ay gigantes tan grandes, que eſcriuen los Olandeſes que han paſſado por el eſtrecho, que hallaron en los ſepulcros calaueras, dentro delas quales cabian ſus cabeças, y ſe las ponian como yelmos, y hallaron juntamente hueſſos de difuntos de diez, y once pies de largo, cuyos cuerpos ala quenta era fuerza fueſſen altos de treinta pies para arriba, que es coſa monſtruoſa: lo ordinario les ſobrepujauan los que vieron viuos, del cuello para arriba: todo eſto conſta dela nauegacion dela Armada de Guilelmo Scheuten: dela del General Iorge Spilberg ſabemos, que en el eſtrecho llegaron ala Ysla, que llaman delos Patagones, o Gigantes, por los que en ella ay, que en la tierra del fuego. Vieron vno, que ſe hauia ſubido ſobre vnas peñas para ver paſſar las naues, y dizen de el, que erat immanis admodum, & horrende longitudinis deſmedidamente grande.
Tambien ſe ſabe dela armada de las ſeis naues, q̃ fueron a cargo de Don Fray Garcia Iofre de Loaiſa, Freyle del habito de ſan Iuan, que en el cabo delas onze mil virgines, hallaron piſſadas, de hombres de grande eſtatura, y encontraron tambien dos canoas de Indios, que por ſer tan grandes, y robuſtos, los llamaron Gigantes, y llegaron a abordar con los nauios, y parecia que amenazaban, apartaronſe, y queriendolos ſeguir los nauios, no pudieron, porque bogauan con tal fuerça, que parecian volar; debian de ſer eſtas canoas hechas de coſtillas de Vallenas, por hauer alli tantas, porque poco antes hallaron vna con el armaçon, y quadernas de eſtas coſtillas.
En otra nauegacion que hizò aſſi meſmo por el eſtrecho Thomas Candiſch Cauallero Ingles, hallaron en vn canal de vn puerto, lugar muy fragoſo, muchos Indios muy robuſtos, que ſin embargo del horrendo frio, que alli haze, viuian como Satyros en las ſeluas, y eran hombres de tan grandes fuerças, que les vieron tirar a vna gran diſtancia piedras de quatro, y cinco libras. Todo eſto ſe hallarà en los Autores citados Iuan, y Theodoro de Bry, los quales lo tomaron de Antonio de Herrera, y delas Relaciones que eſtas Armadas hizieron de ſus viajes: del primero de todos, que fue el de Magallanes, leemos tambien, que hiuernando en el Rio, y baia de San Iulian, llegaron alos nauios ſeis Indios tan grandes, que el menor de ellos era maior que el mas alto de Caſtilla, y que haziendoles para comer vna grande holla de maçamorra, en tanta cantidad, que baſtaria para veinte, la deſpauilaron entre los ſeis ſolos, ſin dexar nada; dioles Magallanes vnas roperas coloradas, con que fueron muy contentos, porque nunca las hauian viſto y andauan veſtidos de pieles de dantes; y ſupieron alli, que eſta gente venia a viuir el verano ala coſta, y el hiuierno ſe retiraua la tierra adẽtro. Tambien ſabemos delos meſmos Autores, que ſe hallaron por eſtas coſtas muchiſſimos Indios, particularmente Iũto al puerto delas conchas, donde ſaltando en tierra, llegò gran multitud de eſta gente con ſus mugeres, y hijos, de quienes reſcataron margaritas labradas muy curioſa, y artificioſamente en forma de puntas de diamante, dandoles en cambio cuchillos tixeras, y otras menudencias, y vino de Eſpaña, de que guſtaron mucho, pero no parecieron mas, por hauer quedado atemorizados delos tiros, de eſcopetas, con que los vieron caçar.
Paſſando eſta Armada de Iorge Spilbergn mas adelante topò otros muchiſſimos hombres en tierra del otro lado del eſtrecho: y quando los Nodales fueron por orden del Rey a reconocer el de San Vicente, que llaman del Maire, hallò en vna punta de el mucha gente: y yendo otros del Perù à reconocer la tierra de el fuego, dizen Zaballos, y otros que vieron aquellas coſtas pobladas de mucha gente, y por todo el eſtrecho de Magallanes, han viſto ſiempre los que han paſſado por el muchos hombres en varias partes, y en otras, ſus piſſadas, y ſaltando en vno de aquellos puertos los dela Armada de Iorge Spilbergn enamorados dela belleza de vnas hermoſiſſimas aves que vieron por aquellas ameniſſimas arboledas, començaron a caçarlas con ſus eſcopetas, y arcabuzes, pero no acaba-