eſtar algunas horas. executoſe aſſi, y voluiendo a ſu tiempo el padre miniſtro a viſitarle por ver ſi le hauia muerto, le hallo viuo, y libre de peligro; y la ſabana toda llena de tempanos de ſangre elada, que la yerua le hauia hecho arrojar por los poros del cuerpo, y de aſſi a poco ſe leuanto bueno, y ſano.
La ſecunda yerua ſea la que llamamos albaaquilla, y los Indios culen por tener las ojas ſemejantes ala albaaca, pero crece en matorrales tan altos, que en algunas partes parecen arboles; es la oja muy meloſa, y muy fragrante; y eſta machacada ſe aplica alas heridas por de fuera, hechando dentro de ellas algunas gotas de ſu zumo, y venſe acada paſſo admirables effectos de ſu efficacia, y virtud. contome el Capitan Seuaſtian Garcia Carreto fundador de nueſtro nouiciado de Bucalemo, que yendo por el campo embiſtieron a vn perro que eſtimaua mucho otros zimarrones de los que andan por aqueſſos montes a ſus auenturas, que le ſalieron al camino, y mordiendole vnos por vn lado, y otros por otro le dexaron hecho pedaços, y degollado de vna fiera herida que le hizieron en la garganta, quando llego eſte Señor a ſocorrer ſu perro, era ya tarde, porque eſtaua ſin dar ſeñal de vida. Laſtimado con la perdida de ſu prenda, por el amor que le tenia, ſe apeo, y ala ventura cogiendo vnas ojas de eſta albaaquilla, que ſe topa a cada paſſo en los campos, la machaco entre dos piedras, y hechando el zumo en las heridas, tomo vn puño de ella, y le entro cẽtro dela herida de la garganta, y fueſſe laſtimado de dexar al compañero tan ſin eſperança de vida. Fue coſa marauilloſa, que a pocas leguas, que hauia andado voluiendo a caſo los ojos atras hallo que le venia ſiguiendo ſu perro, el qual viuio deſpues muchos años.
La tercera yerua, que me acurdo, es vna como escobilla muy ſutil, y delicada, y que no ſe halla en todas partes; eſta es admirable para rabardiſſos, y dolores de coſtado, y no tiene que hazer mas que cocerla en agua, y beuerla, y con eſto ſe purifica la ſangre, y ſe expele la dañada, y queda ſano el doliente, y yo he hecho la experiencia.
Otras muchas yeruas ay para dolor de hijada, para quebrar la piedra en la vexiga, y hecharla a pedaços, para el dolor dela ſeatica, y otras enfermedades, que ſi huuiera de referirlas, ſeria hazer aqui otro Dioſcorides, y no es eſte mi intiento, y aſſi dexemos ya las flores, y yeruas de la primauera; la armonia del canto de las aves, que ya por este tiempo comiença a alegrar las alboradas de la mañana, los apacibles dias, y noches ſerenas, que ſon lo mexor, y mas agradable de todo el año y acerquemenos al eſtio, que tambien nos darà materia de narracion.
CAPITOLO III.
Del Eſtio, y Otoño, y de ſus frutas, y coſechas.
Del Eſtio, y Otoño, y de ſus frutas, y coſechas.
C
Omiença el Verano, y eſtio a mediado Nouiembre, y dura Deziẽbre, Henero, y buena parte de Febrero, de manera que la maior fuerça delos calores viene a ſer por la natiuidad, y circumciſion, con que la compoſicion del lugar, y contemplacion del niño Dios tiritando en el peſebre nos es forçoſo remitirla ala fee, porque quando nos leuantamos a cantar los maitines, particularmente en Cuyo, y Tucuman, donde ſon exceſſiuos los calores, ſe ſuda tanto, y eſtal el fuego, que no ſe puede ſufrir. En Chile no es con eſte exceſſo por ſer tan templado, pero en fin no haze el frio que en Belen. En este tiempo comienzan a madurar las frutas, que ſon muchas, y de varias ſuertes, y maneras, y delas de Europa ſolamente falta alguna, o otra que aun no ha llegado, porque en lleuandola, o en pepita, o hueſſo, o planta, prende luego con tanta fuerza que admira. acuerdome que no hauia guindas aora trienta años, y paſſo vn arbolico de Eſpaña, y de el ſe fueron multiplicando, plantando los en los Iardines, y huertos de maior regalo como vna coſa, que o por faltar nos alla, o porque verdaderamente lo merece, la encarecian los Europeos con grandes alabanzas: pero a poco tiempo ſe multipli