nas partes muchas lanças en alto no ſe lo que paſſa en lo mas alto de la cumbre que mas propriamente llamamos cordillera, porque como eſta ſe encima tanto, que ſe Iuzga paſſar la esfera de la meadia region del aire, podra ſer que ſu punta ſola quede como corona deſcubierta. (alo menos quando yo la he paſſado, que ha ſido algunas veçes al principio del verano, aſſi la he viſto, ſin topar en ella vna migaja de nieue, quando poco mas abaxo ala ſubida y baxada encontraua tanta, que atollauan, y caian las caualgaduras ſin poder paſſar adelante.)
Perolo que he viſto muchas veces, es, que quando deſpues de algun buen aguacero, q̃ ſuele durar dos y tres, y mas dias ſe deſcubre eſta cordillera, (porque todo el tiempo, que dura el agua eſta cubierta de nublados) aparece toda blanca deſde, ſu pie haſta las pũtas delos primeros, y anteriores montes, que eſtan delante, y cauſa vna hermoſiſſima viſta, porque es el ayre, de aquel cielo tan puro, y limpio, que paſſado el temporal aunque ſea en lo mas rigoroſo del hiuierno, lo deſpeja de manera, que no parece en el vna nube, ni ſe ve en muchos dias: y entonces rayando el Sol en aquella immenſidad de nieues, y en aquellas empinadas laderas, y blancos coſtados, y cuchillas de tan dilatadas ſierras, hazen vna viſta, que aun a los q̃ nazemos alli, y eſtamos acoſtumbrados a ella, nos admira, y da motiuos de alabanças al criador, que tal belleza pudo criar.
CAPITVLO VI.
Delos bolcanes, y minas de oro, y plata dela cordillera.
Delos bolcanes, y minas de oro, y plata dela cordillera.
V
Enſe en eſta cordillera diezyſeis bolcanes, que en diferentes tiempos han rebentado, y cauſado effectos de no frenos admiracion que eſtupor, y miedo en toda la tierra. Entre otros es digno de memoria el que el año de quarenta rebento en la tierra de guerra en el eſtado del Cacique Aliante, ardiendo con tan grande fuerça, que partiendoſe por medio el monte, arrojaua de dentro, peñaſcos encendidos con tan formidable eſtruendo, que muchas leguas de alli, ſe oyo a manera de reſpueſta de culebrinas, y en todo aquel contorno, y comarca malparieron de eſpanto muchas mugeres, como mas por menor ſe contara en ſu lugar, en la relacion, que traigo mas adelante dela nueua ſugecion con que toda aquella tierra ſe rindio a nueſtro cathlico Rey mouida de eſtos, y otros prodigios.El primero de eſtos bolcanes ſe llama de Copiapo, y eſta en vienteyſeis grados de altura cerca de los confines de Chile con el Perù. luego a treinta grados ſe ſigue el de Coquimbo; a treintayuno, y medio el de la ligua; ya treintaycinco, el de Peteroa. a treintayſeis, y medios ſe ve el de Chillan; ya treintayſiete, y vn quarto, el de Antoco. ſigueſe a eſte, el de Notuco, que eſta a treintayocho, y medio, y el de la Villarica a treintaynueue, y tresquartos. junto a eſte ſe deſcubre otro ,que no ſe que tenga nombre, en quarenta grados, y vn quarto. y en quarentayuno, ſe ve el de Oſorno; y muy cerca de el a menos de vn quarto, el de Guanahuca; y en quarentaydos largos, el de Quchucabi, vltimamente ſe ven otros dos, el uno que llaman ſin nombre, y eſta en quarentayquatro escaſos; y el de S. Clemente que eſta en quarentaycinco, y medio. eſtos ſon los bolcanes, que ſe ſaben; y ſe han viſto en Chile y no tenemos noticia de otros q̃ haſta la tierra del fuego, porque haſta aora no ſe ha penetrado tan adelante. quien duda que los aya? como tambien ay otros antes de llegar a eſte Reyno en los del Perù, y Quito. Diego ordoñez de ſauallos en el libro tercero capitulo diezyocho de ſu viaje vniuerſal del mundo, haze mencion entre otros del que ſe ve junto al ſalto del rio en el Valle de Coca, y dize que eſta en vn cerro de figura de pan de açucar ſemejante al dela plata de Potoſi, y que en el hiuierno hechas tanto humo, y ceniza que en dos leguas no dexa yerua, porque toda la quema.
Tambien haze menſion de otro en la entrada delos Quixos junto al1 pueblo de Maſpa; y de otro que rebento junto a Quito en yvna cerro que llaman de Pinta;