no de las estrellas ni señales del ayre. Y es cosa espantosa oir lo que decian y pronosticaban por los sueños, que por no escandalizar al vulgo no digo lo que en esto pudiera contar. Acerca de la estrella venus, que unas veces la veian al anochecer y otras al amanecer, decian que el sol, como señor de todas las estrellas, mandaba que aquella, por ser mas hermosa que todas las demas, anduviese cerca de él, unas veces delante y otras atras.
Quando el sol se ponia, viéndole trasponer por la mar (porque todo el Perú á la larga tiene la mar al poniente) decian que entraba en ella, que con su fuego y calor secaba gran parte de las aguas de la mar, y que como un gran nadador daba una zabullida por debaxo de la tierra para salir otro dia al oriente; dando á entender que la