no pudo acrecentar los dominios de la Triple Alianza. Esto inclinó a Tízoc a dedicarse más a administrar y "educar" lo conquistado, que a conquistar nuevos pueblos.
Este pacifismo provocó algunas sublevaciones, como la de Tollocan, que fue apaciguada levemente, comparando con los crueles aplastamientos de la Triple Alianza.
Por otra parte, emprendió conquistas hacia Veracruz y Oaxaca. Mandó construir un monolito conocido como "La piedra de Tízoc" que recordase las conquistas de Tamajachco y Miquitlan en territorio huasteca, Atezcahuacán, en Puebla, y Otlappan, en Guerrero. Sin embargo, algunos historiadores atribuyen muchas de las conquistas no a Tízoc mismo sino a sus antecesores.
A la muerte de Tízoc, Ahuizotl [/a-hui-zo-tl/] (Espinas del Río, -a: atoyatl, río; -hui: -huiztli, espina; -otl: cualidad o esencia). (13 de abril de 1486 – 2 de septiembre de 1502), se convirtió en el noveno Tlatoani que llevó a los Mexicas en un tiempo relativamente corto, a dominar prácticamente todo el centro y sur de México (Guatemala incluida, desde el Golfo de México hasta el océano Pacífico). Los guerreros Mexicas eran acicateados por la figura de su Tlatoani, un gobernante verdaderamente guerrero que no dudaba en ir al frente de las batallas.
Las conquistas de Ahuizotl son registradas en el Códice Mendocino. Ahuizotl no solo fue un gran guerrero, sino también un fuerte líder religioso, un buen diplomático y hasta un reputado economista, ya que además de ampliar su imperio por la fuerza, supo convencer y comerciar con los pueblos vencidos, abriendo las puertas del imperio a pueblos más alejados.
Fue conquistador por excelencia. Construyó un acueducto para llevar agua de Coyoacán a Tenochtitlan, esto provocó una inundación en la que accidentalmente murió.
El décimo Tlatoani fue Motecuhzoma Xocoyotzin, (en náhuatl Motēcuhzōma Xōcoyōtzin; [moteːkʷ'soːma ʃoːko'joːtsin]: 'Moctezuma 183