Página:Historia de Cristóbal Colon y de sus viajes - Tomo I (1858).djvu/119

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convocó un consejo de las personas de mas nota en Portugal, para de nuevo ocuparse de él.

Examinóse entónces; pero mas bajo el punto de vista práctico, que bajo el de las ventajas que reportaria á la nacion, y la disputa que fue tan acalorada, que casi podemos calificarla de tempestuosa, tomó un carácter de interés jeneral. Asistian prelados, y entre ellos el obispo de Céuta con doble influjo que los demas, por su saber y por su cargo de confesor de S. M. Habiendo estudiado la cuestion como presidente de la junta cosmográfica declaró que las razones espuestas por Colon no tenian bastante consistencia, para que un príncipe ilustrado y prudente se aventurase á ponerlas por obra, sin hacer antes un ensayo. Echando á un lado el fin relijioso que se proponia, hizo apasionado el debate pronunciándose contra todo nuevo descubrimiento, esforzándose en que prevaleciera una prudencia limitada y cautelosa sobre el patriotismo y el anhelo de difundir la relijion católica, que es lo que debió inspirarlo, y tratando el asunto como ministro de hacienda, que ante todo procura equilibrar los gastos con los ingresos, vió en el mal estado del tesoro un obstáculo saludable á espediciones mas honrosas, que lucrativas: sostuvo que en lugar de arrojarse en busca de tan remotos paises, seria mejor política negar su existencia, y ocultar su camino, para que el incentivo de lo nuevo no debilitara el espíritu belicoso de los portugueses, tan propensos á grandes cosas; que en poco tiempo la emigracion despoblaría el reino, que debilitado en el interior antes de estar seguro en el esterior, se esponia á una invasión; y que mas sábio y glorioso era combatir en Berberia contra infieles, enemigos siempre de vecindad peligrosa.

Este lenguaje de fria circunspeccion, basado en cálculos aritméticos, exasperó el patriotismo de la asamblea, y el conde de Villareal, caballero de la Orden de Cristo, se levantó y dijo, que Portugal no estaba naciendo entónces; que á sus príncipes no faltaba de tal suerte