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á Huelva á casa de un tal Muliar, casado con la mas jóven [1] de las hermanas de su mujer, á la cual tal vez tendria intencion de confiar su hijo por el tiempo que estuviese en Castilla.

No hay duda que si la manera como Cristóbal Colon arribó á Portugal fué romántica y poética, el modo con que le protejia la providencia al pisar el suelo español, no era menos estraño y maravilloso; pues careciendo de proteccion y de recomendaciones en un pais del cual hasta la lengua ignoraba, lo conducia la misericordia divina á la criatura mejor dispuesta a entrar en sus miras, á la mas digna de comprenderlo y fortificarlo en su misión.

Pretenden ciertos escritores que, desconfiando de sí propio, mandó buscar á Palos el P. Marchena al médico Garcia Hernandez, por estar muy versado en las matemáticas, y que despues de discutir entre ellos el proyecto de Colon en varias conferencias, y de reconocerlo racional, se decidió ponerlo en práctica. Este es un error, que ha desmentido el mismo Hernandez en una declaracion judicial.[2]

Entre Colon y su huésped no intervino nadie: la confianza del P. Marchena fué espontánea y absoluta, porque la demostracion era exacta, porque la gran mision de aquel estranjero se traslucia en su persona, porque el franciscano poseia esa luz del corazon que despeja las mas grandes cuestiones, y las decide sin dis-

  1. Esto es positivo: "Iba derecho de esta villa á la de Huelva para fablar y verse con su cuñado, casado con hermana de su mujer, é que á la sazón, é que habia nombre Muliar." Pleito. Probanzas hechas por el fiscal del rey. Pregunta 13. Suplemento primero á colección diplomática núm. LXIX.
  2. El mismo Garcia Hernandez ha señalado la fecha de esta conferencia, á causa de que, sin saberlo él, se mandó al piloto Sebastian Rodriguez al campo de Santa Fé en el invierno de 1491, seis años despues de la fecha equivocadamente señalada por Washington Irving y sus imitadores.