Página:Historia de Cristóbal Colon y de sus viajes - Tomo I (1858).djvu/196

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despues en una plática con los reyes, y que él dice "los hizo reir."[1]

Como preveia que, para llevar á término su empresa tenia que vencer antes terribles y continuos trabajos, aspiraba en pago de sus fatigas sin cuento á un premio inmenso, el solo que creia merecer su obra: la conquista de Jerusalen, la redencion del santo sepulcro. Mediante los tesoros que retiraria de sus descubrimientos, esperaba rescatarlo amistosamente, y de no ser así, levantar á su costa un ejército de cincuenta mil infantes y cinco mil caballos, y arrancar á las profanaciones de los mahometanos la ciudad santa. No bien logrado esto, entregaria su gobierno á la santa sede, dándose por satisfecho con la honra de ser el centinela avanzado de la Iglesia en la tierra, milagrosa, en que tuvo lugar nuestra redencion.

Hernando de Talavera, mirando siempre con cautela al jeógrafo jenoves, espuso á la reyna, que fuera inconveniente para SS. A A. dar su asentimiento á tal tratado, tanto mas, cuanto que habia sido juzgada como quimérica la espedicion, que en no teniendo buen éxito los espondria á la burla de las cortes estran jeras, disminuyendo en sus estados, la merecida fama y respeto de que gozaban por su saber, y que, aun admitiendo el resultado que se proponia Colon, otorgar tamañas mercedes y privilejios á un desconocido, sobre todo, no siendo español, redundaria en detrimento de la autoridad real. Bajo la influencia de las observaciones de su confesor, vaciló Isabel, é hizo proponer á Colon privilejios, un tanto distintos; aunque ventajosos todavia, pues sin duda le ofrecerian como en Lisboa rentas, títulos, un gobierno, cosas todas capaces de satisfacer otro corazon que no el suyo. Por esa causa no aceptó ningu-

  1. "Protesté á Vuestras Altezas que toda la ganancia de esta mi empresa se gastase en la conquista de Jerusalen, y Vuestras Altezas se rieron, y dijeron que les placia, y que sin esto tenian aquella ansia." Diario de Colon, Miércoles 26 de Diciembre de 1492.