pleta libertad á los del castillo de proa, para hacer los comentarios que quisieran. Mas de una vez, en sus relaciones con Cristóbal Colon, los Pinzones, el mayor sobre todo, por su altanería y grosero proceder le habian hecho comprender amargamente su aislamiento y lo falso de su posicion.
El Viérnes 5 de Octubre, estaba la mar bella, el aire suave, buena la brisa, y cada vez mas evidentes las señales de la proximidad de la tierra. Colon en su acendrado reconocimiento, daba por ello de nuevo gracias al señor.[1] Gran número de pájaros se ajitaban en el aire, y multitud de peces voladores pasaron tan cerca de los buques, que cayeron muchos sobre la cubierta de la Santa Maria. Continuaba siendo fácil la navegacion, y la Niña, como mas velera, precedia en su marcha á las otras dos carabelas.
El Domingo 7 de Octubre al romper el alba, partió un cañonazo de uno de sus costados, é izó en el palo trinquete una bandera; mas se puso el Sol sin que nada se hubiera descubierto. Sin embargo, multitud de pájaros se dirijian del N. al SE. y como Colon sabia que los portugueses, siguiendo su vuelo, descubrieron muchas islas, decidió cambiar de rumbo y tomar al OSO. entrada la noche.
Al otro dia, prosiguieron con escelente brisa: el tiempo estaba como en Abril en Sevilla, y llegaba á las carabelas un olor balsámico [2]
Al siguiente, cambió el viento un poco, y fué preciso dar muchas viradas. Durante la noche se oyeron pasar multitud de aves.
El Miércoles 10, iba la flotilla haciendo diez millas por hora; y se anduvieron cincuenta y nueve leguas en aquella singladura. Rapidez fué esta, que alarmó en gran